El Jubilado No. 69

Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que sigue observando con curiosidad el movimiento de los insectos, desde algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.

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¿Ya vio? De repente se hizo la luz y fueron a cambiarle de pañales. El pasado martes 29 el Gobierno del Estado se anotó un gol en todo lo alto gracias al siempre oportuno, atingente y manejable sindicalismo que crece y se reproduce en Sonora. Logró, por fin, darle legitimidad y apoyo organizado a la faramalla financiera-cleptomaníaca que propuso Guillermo Padrés en su momento con el fin de “rescatar al ISSSTESON”, consistente en “desincorporar” del dominio del gobierno varios inmuebles entre los que se encuentran los estadios Héctor Espino de Hermosillo y Tomás Oroz Gaytán de Ciudad Obregón.

s Como le comentábamos en el número anterior, las gestiones fueron un exitazo de propuestas recicladas de y por las propias autoridades (sic), por lo que debemos felicitar por méritos en campaña al perruno director del ISSSTESON; después de todo él anunció cómo iban a ser las cosas y por haber logrado en un tiempo récord y en un momento crítico dar capotazo a su demandada renuncia, cumpliendo con las expectativas de los especuladores que sobrevuelan los bienes públicos que ahora están en la mira de la privatización y todo gracias al apoyo del eficiente cachivache sindical y social que sacrifica pesos para ganar centavitos.

Pero como estamos en el número más libidinoso de la serie, le comentamos que tal como las negociaciones fueron algo así como una corrida de salva tras esa acción de saca-mete frenética, la representación de trabajadores se aflojó la ropa de la seguridad social, revindicó la oportuna frase de “cuando la fuerza mengua, la lengua” y avaló el bodrio con su firma. ¿Cómo se iban a lanzar a un paro cuando el director les había dicho en reunión anterior que le hicieran como quisieran porque él hacía lo suyo y lo hacía bien? Desde luego algunos dirán que el señor dialoga en una forma “peculiar”, pero si nos quedaremos sin el “pe” el resto nos pone más clara la naturaleza de la acción realizada por el señor director en ese y otros amenos encuentros con los sindicatos, lo que confirma que está agarrado de la mano y sobando los entresijos de quienes representan el neoliberalismo de guarache que gobierna y dispone de los bienes de los sonorenses. El viejo sueño de los especuladores de terrenos y edificios se cumple en medio de orgasmos de codicia y sudoraciones de corrupción triunfante.

En fin, ya habremos de ver la luz al final del túnel (no pregunte de quién) aunque, por lo pronto, queda claro que el sindicalismo es bastante funcional a los intereses de la cleptocracia encaramada en el gobierno del Estado y no es que sea malo, sino que carece de proyecto, de visión social y reacciona, simplemente, como las amibas, por impulsos químicos que le llegan al pulular en un medio donde el agandalle aplana conciencias y pavimenta corruptelas. Por lo anterior, es inevitable dejar de recomendarle el uso de algún tipo de protección cada vez que tenga un encuentro cercano con cierto tipo de representantes. En dado caso, lubríquese bien.      

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