El Jubilado No. 104


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que cuestiona, en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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¿Recuerda aquél bonito comercial de toallitas faciales que ponía “yo sin Kleenex no puedo vivir”? Pues por alguna extraña razón aparece en nuestra pantalla mental asociado a lloriqueos combativos y democráticos y a reproches oportunos y convenientes a la fea y desaseada política del gobierno contra la seguridad social y contra la dignidad y el decoro de las organizaciones sindicales de nuestra Alma Mater. Aún más, contra la obsequiosa y lameculista actitud del rector de la UNISON cuya administración emprende una encuesta que logró algo así como una tercera parte del padrón total de la institución que se pronunció, con sus asegunes, por la aceptación de la firma del mediático y patético “convenio modificatorio” del actual contrato de prestación de servicios sociales del ISSSTESON. Difícil tarea es la de conciliar la fe con la razón, la ley con la realidad de una letrina social, el decoro con las ganas de ir al baño y la lucha antineoliberal con el miedo a “perder lo que tenemos”.

Lo cierto es que algunos sectores de la república universitaria se están yendo por la línea del menor esfuerzo, pragmáticos como son les da lo mismo perder la virginidad a cambio de la promesa de unas monedas mensuales una vez que se jubilen. Como vemos, la fe obra milagros y se opone con firmeza a la evidencia de un robo en despoblado: sigue sin haber abasto de medicamentos, se posponen cirugías por falta de equipo y materiales, la Junta Directiva del ISSSTESON padece de estreñimiento severo a la hora de liberar los dictámenes para pensión o jubilación y, por sobre todas las cosas, sigue la guerra mediática contra los universitarios por parte de la susodicha y su impresentable director general.

El equipo de casa acostumbrado (gracias a la ley 4 de Beltrones y a la política neoliberal en materia de educación superior) a llenar formatos, simular actividades y maquillar materiales para obtener puntajes intercambiables por dinero quincenal, así como tragarse las modificaciones unilaterales del EPA, se ve ahora ante la múltiple disyuntiva de ceder autonomía, derechos adquiridos por obra del actual contrato de servicios, limitar el espacio de maniobra y acción política y legal, frente a la aceptación forzada vista como forzosa de la firma del convenio modificatorio a que ha aspirado el ISSSTESON sobre todo desde el inicio de la actual administración estatal.

Los universitarios han sido objeto de una política de shock que ha evidenciado una admirable consistencia. Ha habido golpe y sobada, amenaza y te de tila para los nervios, apretón y distensión condicionada a futuras cesiones de derechos, hasta llegar, en este venturoso período invernal-primaveral de 2019, a propinar golpes legaloides que dejan la idea de que el perro no sólo ladra sino que muerde. La comunidad universitaria se está tragando la idea corrosiva de que las  marchas y otras acciones como las legales, nada o casi nada van a poder frente al ogro rabioso del gobierno de Pavlobitch. ¿El pez universitario acabará tragando el anzuelo envenenado de la pensión al 100% al costo que sea? La pregunta es meramente retórica, según parece.

La idea de que si aceptamos el capricho recaudatorio del gobierno mediante la firma de un convenio modificatorio de los términos del actual contrato se nos abrirán las puertas del paraíso pensionario, independientemente de que haya que pagar más durante más tiempo ya está permeando la razón de muchos, en un proceso de zombificación que ni las artes del vudú hubieran podido lograr tan fácil y rápidamente, considerando que los posibles votantes aún están vivos y gozando de plenos derechos legales y políticos dentro y fuera de la república universitaria, pero que no atinan a ejercer.

La pregunta clave es: ¿usted optaría por renunciar al marco que actualmente le protege a cambio de aceptar unas reglas que le exigen pagar más a cambio de una promesa, en vez de defender lo que tiene y lo que debe tener, conforme a derecho? ¿Por qué no impulsar un convenio modificatorio que respete el actual tiempo y porcentaje de cotización pero que tenga como base el reporte del 100% de los ingresos del trabajador; es decir, que la UNISON reporte, como es su obligación, la nómina real?

¿Por qué se tiene que aumentar el porcentaje de cotización, siendo que la UNISON paga sueldos tabulares más el complemento relativamente superiores a los ingresos en otros organismos afiliados, que en materia de servicios médicos hay familias donde varios de sus miembros son afiliados titulares y que, por tanto, cada uno paga su cuota correspondiente, sin contar con que cuenta con trabajadores que ya han rebasado con mucho el tiempo de estar cotizando (35, 40 o 50 años de antigüedad)  pero que para nada les va a repercutir en su pensión el estar jugando extra-inings? Como insistimos, basta con reportar la nómina real y a otra cosa, mariposa.

Independiente de nuestro apoyo decidido a lo que representa el Comité Ejecutivo, no deja de ser cuestionable la posición de entrega de las nalgas sindicales que algunos parecen adoptar en aras de “evitar un problema mayor con el ISSSTESON”, así como las actitudes y expresiones de descalificación histérica contra quienes osan oponerse a dicha empinada de culo. Lo cierto es que el temor de que el perro nos muerda no se conjura con encerrarse en una urna de votación para vestir de democrática la claudicación, el miedo o la simple cobardía producto de una minoría de edad política, sino ejerciendo las acciones legales y políticas que el caso amerite.

En calidad de mientras, proponemos votar y decir NO a la firma del convenio, y emprender una demanda contra el ISSSTESON por incumplimiento de contrato, movilizaciones permanentes y lo que resulte pertinente. La abstención no cuenta, la participación sí.

Una vez más, el cada vez más amplio equipo de redacción de El Jubilado, se pregunta ¿dónde están los abogados que forman en las filas del STAUS? ¿Dónde quedó el consejo, la asesoría, la propuesta de soluciones conforme a la ley de los profesionales del derecho que son, de acuerdo con el padrón, miembros del nuestro sindicato? ¿Acaso debajo de los escritorios de sus respectivos despachos privados? ¿En espera de no molestar a quienes les arrojan las migajas de sus eventuales trabajos extrauniversitarios? ¿Tragando gordo frente a un problema legal y político que requiere un temple y experiencia que parecen no tener? ¿Buscando no llamar negativamente la atención de las autoridades gubernamentales o universitarias? ¿No les pica la ilegalidad de que hace gala el gobierno local? ¿Dónde están, chingado, los abogados?

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Comentarios

  1. Obligan a los universitarios a firmar un cheque en blanco sin ningún compromiso de parte del la gobernadora, todas las clausulas son comprometedoras para la UNISON, condicionantes. pero el ISSSTESON en ningún momento se compromete a una condición si el no cumple con el convenio. No garantiza una mejora para los universitarios, solo perdidas para su poder adquisitivo, aprobaron una nivelación salarial muy pobre de 3.2% para los trabajadores y paralelo a eso nos cobran del 4 al 10% en pensiones y jubilaciones. Por otro lado la gobernadora no ha cumplido con el subsidio estatal, debiendo ya mas de $500,000,000 a la UNISON, donde otro tamiz muy fino esta en manos del rector.

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