El Jubilado No. 123

Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien en busca del aguinaldo jineteado, que espera en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.

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 Todo mundo en pos de la esperada tarjeta de invitación a la posada navideña STAUS , con los ojos vidriosos y salivando de emoción ante la expectativa de algún premio en la tómbola sindical (¿Y mi invitación? ¿Dónde firmo? ¿Rifarán algún carro de AXXA?), y luego feliz de disfrutar la pachanga. 

En la víspera del jolgorio democrático, combativo y totalmente ético de la rifa y el festejo que la acompaña se levanta una nube de asombro: murió el maestro José Trinidad Chávez Ortiz, el Trini, altamente apreciado en los círculos académicos de las ciencias sociales y miembro de pleno derecho de la Delegación de Presionados y Jubilados del STAUS. ¿La causa? Se nos comenta que fue a consulta y le aplicaron penicilina… siendo alérgico a ella. Choque anafiláctico y adiós.

Mientras que al arroz económico de la firma del nuevo convenio con ISSSTESON le salen los consabidos prietitos, las deficiencias del servicio por el que ahora pagamos más al ISSSTESON ocupan la atención de cada vez más derechohabientes. Al desabasto de medicamentos, la carencia de materiales de curación, la imposibilidad de practicar cirugías en los tiempos programados por falta de algo necesario para poderlas realizar, parece que se añaden estelarmente actos de negligencia criminal.

El personal de redacción y colaboradores de El Jubilado se manifiestan consternados, indignados y profundamente conmovidos por la muerte de un buen universitario, hombre de bien, cumplido académico y excelente compañero y amigo. La negligencia mata, el desinterés y la corrupción matan también.

Estamos de preocupados… Las acciones en defensa de la salud (en particular) y la seguridad social no admiten simulaciones. Y las hay.

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