El Jubilado No. 94
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien indignado, en algún lugar de
la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Usted recordará que ya tenemos varios años
señalando la necesidad imperiosa de defender el actual contrato de prestación
de servicios suscrito con el ISSSTESON. Hemos dicho hasta el cansancio que el
contrato es la mejor defensa legal de que disponemos y que sería no sólo
aventurado sino absurdo tratar de abrirle huecos para dejar entrar la
aplicación de la reforma a la Ley 38 y tener que aceptar el aumento en las
cuotas y aportaciones, así como el tiempo de cotización, sin tener a cambio un
incremento en el subsidio universitario, un aumento en el sueldo de los
trabajadores universitarios y la garantía de que los servicios del ISSSTESON
van a mejorar, o que habrá transparencia en su administración; tampoco existe
garantía de que realmente se estén emprendiendo acciones legales para recuperar
el fondo de pensiones del que se sirvieron con la cuchara grande los mismos
responsables de salvaguardar el estado de derecho en nuestra entidad, sin
olvidar la sebosa complicidad de la Junta Directiva de ISSSTESON sea por
comisión o por comisión con los perpetradores del daño patrimonial, hasta hoy
sin castigo y sin que haya recuperación de lo robado. Por otra parte, no
debemos olvidar que la Ley 38 reformada tendrá plena vigencia hasta 2040. Los
apurados deben ser ellos, no nosotros.
Hasta ahora, lo que se ha visto es
que los sindicalistas deben luchar en dos frentes, uno interno donde se agazapa
el trivial conservadurismo burocrático de la “administración universitaria” y
el del consabido gobierno cleptocrático de dura coraza neoliberal encabezado
(sic) por Claudia Pavlovich. Sabemos que es una lucha desigual pero que nos
asiste la razón legal e histórica.
Tenemos años de lucha que se diluyen
en la apatía, el conformismo y la poca conciencia de muchos compañeros que
ahora se ven amenazados por medidas arbitrarias, ilegales e inhumanas producto
de acuerdos y componendas ajenas al derecho y al respeto por la justicia social
y laboral. Sin embargo, nosotros sí tenemos memoria. No estamos, ni estaremos,
dispuestos a olvidar los agravios e intentonas de nulificar los derechos
logrados en una larga historia de luchas por mejores condiciones de trabajo, de
retiro, de reconocimiento a nuestra calidad de universitarios y sindicalistas. Nos
oponemos a la privatización de la seguridad social y a cualquier amenaza que
afecte nuestros derechos. Consideramos que hubo un tiempo de recoger piedras y
que ahora es tiempo de arrojarlas.
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