El Jubilado No. 12
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, editada en algún lugar de la Delegación de Pensionados y
Jubilados del STAUS.
Número 12 - noviembre
de 2017
-----
Y usted, ¿ya se va a jubilar?
Pregunta angustiante que muchos quisieran responder que sí, pero que papá
Isssteson insiste en conservarlos como activos como forma de presión para la
Universidad y, desde luego, mecanismo de terror e inducción para los
sindicatos. Las preguntas surgen como acné en cara de adolescente y los administradores
de la verdad tienen materia de más para pontificar acerca de los riesgos del
pensamiento independiente. La rueda de la fortuna sindical está girando y los
mareos y vomitonas seguramente llenarán las más enjundiosas páginas de la
bitácora de los tiempos post-IV Congreso General Resolutivo.
Pues
nosotros sostenemos que asiste pleno derecho a los cuasi jubilados y jubilados
que entraron al servicio de la Universidad antes de la reforma de 2005 de
reclamar una nivelación pensionaria en los términos de la Ley 38 y del Contrato
de Servicios UNISON-ISSSTESON. Hay una simple razón: las normas jurídicas no
son retroactivas, salvo en el caso que beneficien al trabajador. En todo
caso, siempre es posible generar un mecanismo compensatorio vía gestión de recursos
alternos.
Aceptar o promover la modificación
total o parcial del Contrato vigente supone pérdida de derechos porque cambian
las condiciones pactadas. En otras palabras, implica modificar las condiciones
para el disfrute de las prestaciones porque el nuevo convenio se sustentaría en
otro marco legal que es la Ley reformada, lo cual está de la chinada porque
nosotros mismos estaríamos aceptando que el derecho adquirido se extinga, es
decir, que ya no sea exigible y ahí es donde chupamos faros.
Lo recomendable es sostener el actual contrato con ISSSTESON, emprender
la lucha legal por la nivelación pensionaria y, por aquello de no te entumas,
buscar fuentes de recursos que compensen la pensión deseable. En otro CGR habíamos propuesto la creación de un fondo complementario alimentado por un
día de salario integrado anual por parte de los trabajadores, a descontar de la
prima vacacional o del aguinaldo. La administración universitaria pudiera
aportar otro tanto. Con ello se podría asegurar una mejor pensión, a reserva de
seguir pugnando por un mayor subsidio por parte del gobierno.
Finalmente, debemos entender que el
problema es político y que sus soluciones deben ser, por tanto, políticas.
¿Estamos dispuestos a actuar de manera consecuente, o qué?
-----ooo-----
Comentarios
Publicar un comentario