El Jubilado No. 18

Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, editada en algún lugar de la Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
Número 18 - diciembre de 2017
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Después de la asamblea general extraordinaria del decembrino día 14, el diluvio. En efecto, el viejo truco de citar a una asamblea sin posibilidades de quórum por razones de fechas y prioridades personales decembrinas a las 10:00, para citar, el mismo día a las 13:00 horas a un Consejo General de Delegados que, sin ser resolutivo iba a ser decisivo, con un orden del día que dejaba a lo último el “tema” crítico por el que fue citada la previa asamblea extraordinaria urgente, es decir, el “caso UNISON-ISSSTESON”, no funcionó como estrategia de aburrimiento colectivo y votación de acuerdos urgidos por la hora y el intenso olor a pozole que invadió el recinto sindical. Los delegados, en esta ocasión, tuvieron un ataque de sentido común y posiblemente de autoestima por lo que, en consecuencia, decidieron posponer las decisiones para una futura asamblea general que contara con una comunidad más informada y mejormente preparada para asumir alguna responsabilidad decisoria. De cualquier forma, la persuasión digestiva lo puede seguir explicando todo, see you later alligator. Queda claro para todos que, si el congreso fue resolutivo y si se decidió decir tajantemente NO al convenio nuevo con ISSSTESON, no había por qué buscarle mangas al chaleco.

A casi un mes de celebrado el IV Congreso General Resolutivo (CGR) aún no se publican los acuerdos tomados, no se pone con todas las letras que los congresistas por unanimidad dijeron NO a la firma del nuevo convenio con ISSSTESON. La pequeña omisión seguramente se debe a que ya es verdad sabida el rechazo y que la corrección política con ISSSTESON obliga a un tratamiento discreto de la decisión democráticamente tomada. De otra manera, ¿con qué cara se pudiera negociar la modificación de las actuales condiciones que protegen los derechos de los trabajadores y “armonizarlas” con las exigencias recaudatorias del muy eficiente y solidario (sic) Instituto que también prometen el paraíso pensionario a los organismos bien portados?

En El Jubilado seguimos pensando que el apoyo a las buenas decisiones del Comité Ejecutivo (CE) es importante, pero justamente por eso pedimos honestidad y transparencia. Consideramos que los miembros del STAUS (bueno, casi todos o, de perdida, un buen número de ellos) son adultos en pleno uso de sus facultades mentales y que harían honor a su racionalidad si se les habla claro, de manera franca y directa. Suponemos que el afán de proteger los intereses sindicales ha llevado a algunos al extremo de establecer filtros, candados y trabas al libre flujo de la información desde y hacia los órganos de dirección, lo cual ha tenido un efecto contrario a los principios de la democracia sindical. Las crisis de credibilidad no surgen solas y aún tenemos un largo camino por recorrer. Tiempo de replantear las cosas y rectificar el rumbo.

La insistencia cuasi dogmática de que las propuestas del CE abarcan todas las vertidas en el CGR es un acto de prepotencia que distancia y dificulta el diálogo. La expresión de las diferentes visiones sobre el asunto del ISSSTESON lejos de ser peligrosas y contrarias a la dirección sindical debieran ser tomadas como lo que son: manifestaciones de académicos preocupados por algo que nos compete a todos, dignas del mayor respeto y consideración. El momento impone la necesidad de abrir oídos y mente, y no descalificar considerando “aventurada” la idea que pueda resultar complicada, conflictiva con el ISSSTESON y el Estado, pero indiscutiblemente auténtica y apegada a derecho, como lo es la de quedarnos con el actual contrato y defender legal y políticamente los derechos adquiridos por los trabajadores; así como dar visibilidad local y nacional al problema e impulsar acciones que rescaten el sentido solidario y redistributivo de la seguridad social en beneficio de los trabajadores presentes y futuros.

Con algunos temas importantes en el tintero dejamos descansar la redacción de este mamotreto y nos ponemos la gorra roja y blanca de una Navidad (con calidad de importación) y fin de año que huele a pavo, pierna, menudo, pozole, romeritos, bacalao, entre otros excesos presupuestales, y muuuchas bebidas de bajo y alto contenido alcohólico, que lubriquen el entusiasmo y atenúen el pesimismo que produce el escenario de vivir en un país donde los militares van a dictar cátedra de derechos humanos y donde la democracia y la paz son equivalentes a no hablar claro, a ocultar o matizar la disidencia y trabajar por “armonizar” nuestra conciencia a los dictados del poder y sus abusos.


Abrazos, apapachos diversos y respeto absoluto a la libre manifestación de las ideas, sueños, aspiraciones, sin dejar de lado alguna que otra perversión socialmente “armonizable”.       

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