El Jubilado No. 21

Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, editada en algún lugar de la Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.

Número 21 – diciembre de 2017

-----

El Jubilado nuevamente está de luto. Apenas estábamos asimilando la ausencia de la compañera enfermera y lingüista Hortencia Orozco Estebané cuando las campanas de duelo tañen de nuevo. El fino historiador y excelente compañero y amigo Mario Manuel Cuevas Arámburo nos ha dejado y su ausencia nos deja claro que el día 28 de diciembre no es, para todos los casos, el día de las bromas que nos asaltan y sorprenden.

Foto con crédito para Felipe Larios Velarde.

La muerte de Mario, lejos de hacernos víctimas de una mala pasada producto del ingenio y la ociosidad de alguien fue, por decir lo menos, un golpe doloroso en la delegación de Pensionados y Jubilados que el destino nos propinó y que resentimos todos. Es inevitable recordar su cultivado ingenio, la agudeza de sus comentarios y la erudita visión de la historia con que adornaba su conversación, siempre amena y generosa.

Hombre de vivencias intensas, de espíritu inquieto que traspasaba fronteras y recorría continentes, la calidez de su humanidad nos ofrecía, en la informalidad de amena charla o en la cátedra universitaria, junto con su condición mundana y cosmopolita, los sabores, olores y matices de una entrañable familiaridad sonorense que nace en Guaymas, pero que ve hacia el mundo, lo recorre, analiza y comprende y que, hoy, lo trasciende.

Su obra escrita y su trabajo en el ámbito académico universitario son un legado que resulta inapreciable, por cuanto que no es sólo conocimiento acartonado y libresco, sino testimonio vivo de un hombre que fue a la par trotamundos, militante de izquierda, observador crítico del acontecer mundial, acucioso y sistemático investigador, incansable lector y amigo de la buena mesa y del mejor vino. Al compañero y amigo le decimos adiós. Su recuerdo nos acompañará siempre.

-----ooo-----