El Jubilado No. 26

Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, editada en algún lugar de la Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
Número 26 – enero de 2017
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Maltrato físico y emocional…

La Unison califica como mujer maltratada por marido pegón con quien une una relación sadomasoquista que se sostiene por los hijos… nada más por los hijos. Resiste gritos, amenazas, golpes y privaciones con la resignación de una madre mexicana de los años 40. El Isssteson, abusivo y culero le grita, presiona, amenaza y, desde luego, la prostituye porque tiene que conseguir fondos para pagar los vicios del energúmeno que comparte su lecho.

Sus hijos le dicen que se defienda, que lo denuncie a las autoridades y que pongamos alto a esa viciosa explotación de la carne que evapora seis mil millones de pesos de fondos pensionarios con la facilidad conque un mariguano se fuma un porro, un heroinómano se inyecta, un cocainómano aspira o un rector está dispuesto a transar en convenios contra natura.

El Alma Mater siente estrujada el alma y partida su mater, en pedacitos que se llaman presupuesto, sindicatos, gobierno, funciones sustantivas, imagen pública, y otros engendros de la mente que las calenturas sociales han llevado a la desesperada conciencia de una soledad que cala como el frío de un presupuesto alimentado por subsidios.

¡Ahora me das más dinero!, vocifera el mantenido perdulario hijodeputa… Y la Unison se truena los dedos y pasea su triste humanidad por los callejones de la prostitución presupuestal…, ¿Qué les dirá a sus hijos?, ¿cómo los convencerá de que dar las nalgas es necesario para su seguridad social?, ¿cómo hacer el milagro de la normalidad cuando un golpeador con ánimo recaudatorio te patea el trasero de los objetivos institucionales y se limpia con tu prestigio y trascendencia social?

Nosotros, los jubilados tenemos la respuesta: pues que mande a la porra al abusivo y se haga respetar. El huevón tiene obligaciones que cumplir porque hay un contrato firmado y vigente, que puede hacer válido ante cualquier tribunal y exigir enérgicamente su cumplimiento. Si nuestra dama no defiende su dignidad y pone en su lugar al pillo chupasangre del Isssteson, sus hijos corren el peligro de quedar desprotegidos, jodidos y avergonzados.

Ningún convenio puede ser admitido si modifica derechos adquiridos, si obra en perjuicio de la economía y la dignidad de los trabajadores, si constituye una amenaza para su futuro. En este sentido, insistimos en que la administración de la Universidad y los sindicatos deben sostener el actual contrato, exigir el cumplimiento de las obligaciones de Isssteson con la Universidad en los términos pactados y buscar los medios legales para modificar las condiciones leoninas de la actual Ley 38 en beneficio de las nuevas generaciones.
 
Ya basta de abusos, manipulaciones, chantajes y culeradas. Hagamos realidad eso de que “Unidos vencerán los aguiluchos del valor / Unidas han de estar esas falanges del honor…”

Resistamos desde nuestra trinchera los embates del obsceno modelo neoliberal en salud y seguridad social. El tiempo es hoy.


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