El Jubilado No. 29
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, editada en algún lugar de la Delegación de
Pensionados y Jubilados del STAUS.
Número 29 - febrero
de 2018
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El nuevo director del ISSSTESON dice
que siempre no se suspenderán los servicios a los universitarios, independientemente
de que la Universidad mantenga el actual contrato vigente y no haya firmado un
nuevo convenio de prestación de servicios que aumenta las cuotas que hay que
pagar, lo que supone que las cosas regresan a su estado original, como si en la
estratósfera política de Sonora se hubieran sometido a un amparo virtual que,
posiblemente, tuvo su origen en el tribunal del sentido común ante la coyuntura
política que se presenta. No se amenaza directamente, sino que se presentan
plazos coyunturalmente prorrogables para ver si los universitarios ceden a la
amenaza latente. Como que se oye el fluir de algo en las cañerías del aparato estatal
instalado tanto en los afanes electorales como en los del modelo privatizador.
La marcha conjunta de los dos sindicatos
universitarios realizada el miércoles 31 de enero, el ánimo general y el tono
de los discursos pronunciados por uno y otro dirigente dan pie a suponer que
ahora todo lo que se haga tendrá que ser congruente con el rechazo al nuevo convenio y a la consigna central coreada por los
manifestantes: “¡Pena de prisión a las
ratas del ISSSTESON!”. En caso contrario, los costos políticos y sociales
para las organizaciones serían difícilmente costeables: O somos o no somos. De
la firmeza de las acciones de los trabajadores en defensa de sus derechos
laborales y sociales, depende la tranquilidad de las familias y la credibilidad
de sus organizaciones sindicales.
Por lo anterior, nos oponemos a la firma de un nuevo convenio en tanto no exista la certidumbre
de una aplicación transparente de los recursos, un trato respetuoso para la
UNISON, un incremento sustancial en el subsidio universitario y en el sueldo de
los trabajadores, y una mejora sustancial de los servicios prestados. En
consecuencia, debemos seguir en los términos del actual contrato de servicios y
luchar por el incremento al fondo complementario y a la despensa, entre
otras medidas compensatorias que se acuerden entre la Administración
universitaria y los sindicatos.
El ISSSTESON tiene un daño patrimonial
de 6 mil 41 millones de pesos,
ocasionado por la rapiña del propio gobierno y la idea de que los fondos son
para financiar campañas políticas y enriquecimientos de léperos y rateros. Exigimos la recuperación de los fondos robados
y castigo a los perpetradores. Sin simulaciones ni complicidades.
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