El Jubilado No. 33
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, editada por alguien con tiempo sobrado para
estos afanes desde algún lugar de la Delegación de Pensionados y Jubilados del
STAUS.
Número 33 febrero
de 2018
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Es 24 de febrero, día de la Bandera y
fecha en la que falleció de un infarto fulminante nuestro amigo y compañero
académico el Lic. Carlos Armando Torres Lagarda, docente non de la Unidad Sur
de la Universidad de Sonora. Murió mientras tomaba su siesta tras tomar sus
alimentos cotidianos de medio día para despertar en otra dimensión que escapa al
conocimiento humano. Hombre jovial y de espíritu generoso, buen amigo y capaz
de grandes iniciativas; entre las menores, la de haber sido candidato a rector.
El Jubilado envía sus condolencias a
la comunidad universitaria de Navojoa y nuestros deseos de resignación y fortaleza
para su familia y amigos. Descanse en paz.
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En la delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS mantenemos firme
nuestra posición de rechazo a la firma de un nuevo convenio con ISSSTESON, en
congruencia con lo acordado en el pasado IV Congreso General Resolutivo. El
caso está claro: mientras no existan condiciones (políticas, económicas,
laborales) que hagan posible un nuevo arreglo, la Universidad no podrá ni
deberá firmar el convenio. ¿Qué se necesita? Se necesita un mayor subsidio institucional,
mejora de los sueldos del personal y condiciones de acceso y servicios dignos
para los derechohabientes universitarios, además de la garantía de que nuestros
ahorros no serán robados o desviados de sus fines. Consecuentemente, insistimos
en la recuperación de los fondos robados. Nada más, pero nada menos.
¿A algún promotor de la firma le
parece que coartamos sus “aspiraciones”? ¿Por tener una posición clara y definida
somos un obstáculo para la vida sindical, de acuerdo con el evangelio de
algunos funcionarios de nuestra organización? ¿Somos un estorbo para avanzar en
la cesión de derechos adquiridos por una gran cantidad de académicos
universitarios? Pues que así sea. Sucede que nosotros no aspiramos a un puesto
burocrático, no nos encandila el poder y sus prebendas, no tenemos vocación de
agachados y rajones, no entramos en componendas, no tenemos aspiraciones
bastardas sino una convicción fuerte por la justicia laboral y social, así como
un compromiso más allá de toda duda con el sindicato y sus luchas.
Estamos conscientes de que la ley y
la justicia avalan nuestra posición y alientan nuestras decisiones. Sabemos que
tenemos derecho a una pensión completa y que, en su momento, no pagamos cuotas de
menos, sino lo que debíamos de pagar en los términos de la Ley 38 vigente en el
tiempo en el que ingresamos a trabajar en la Universidad. Tenemos claro que la
Constitución prohíbe en el párrafo primero del Artículo 14 la aplicación
retroactiva de las normas jurídicas en perjuicio de persona alguna. Ratificamos
nuestra calidad de ciudadanos protegidos por las leyes, así como de miembros de
pleno derecho de la organización sindical, por tanto, beneficiarios de los
logros colectivos arduamente ganados y que se plasman el Contrato Colectivo de
Trabajo.
Seguimos diciendo NO a la firma de un nuevo convenio con ISSSTESON que no
favorezca real y evidentemente a los trabajadores afiliados y estamos por luchar
por la nivelación pensionaria. Así las cosas, mientras no exista una propuesta
clara por parte de la administración universitaria digna de ser discutida y
consensada entre los trabajadores sindicalizados, no hay razón alguna para promover
un “plebiscito”. Primero es la propuesta materia de discusión y análisis y
luego los mecanismos para discutirla y analizarla, y eventualmente votarla.
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