El Jubilado No. 35
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, editada en algún lugar de la Delegación de
Pensionados y Jubilados del STAUS.
Número 35 - marzo
de 2018
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¿Usted sabía que se podía excluir de
las decisiones del sindicato a una delegación? Nosotros tampoco, pero la
realidad de nuestra democracia interna nos revela otra cosa.
Como se sabe, se impulsa la
celebración de una consulta que algunos llaman “plebiscito”, referida a la
propuesta de que “el STAUS proponga ante la Universidad y el ISSSTESON
incrementar el 1% de tu cuota como trabajador académico y cotizar el 2.38% del total
de tu prima de antigüedad, con la finalidad de obtener una jubilación con el,
100% de tu salario integrado”, según pone el borrador de la papeleta que se
presentó en el CGD del día 28 de febrero; asimismo, se presentó un calendario con
la ubicación de las urnas para los efectos de votar por el texto arriba citado,
considerando todas las delegaciones, con la única exclusión de la delegación de
Pensionados y Jubilados.
Los señores delegados ahí presentes,
al final de algunos comentarios y sugerencias, levantaron la mano en señal de
aprobación.
Lo que no resulta obvio es por qué está ausente la aclaración de que sólo se podría lograr el 100% esperado si se suma la pensión del ISSSTESON, el estímulo, la despensa y la pensión complementaria. Por otra parte, se
excluye de la votación a una delegación que, de acuerdo con el Estatuto, goza
de plenos derechos sindicales y sólo carece de competencia en lo referente al
voto del estallamiento y el levantamiento de la huelga, dejando el resto de su participación
en las decisiones de la organización a salvo. ¿Por qué de un solo plumazo se retrocede
en el avance de la democracia interna y el reconocimiento de los académicos que
ya pasaron a retiro y que significan una reserva importante en términos de
experiencia y conocimiento del sindicato, reconocida en el Estatuto? ¿Cómo se
puede justificar esta exclusión claramente violatoria de nuestro documento
normativo interno? ¿Los jubilados y pensionados son un estorbo para ciertas decisiones
colectivas? ¿Para ciertos actos protocolarios son valiosos y, para otros, materia
de desecho que hay que ocultar tras alguna puerta o barrer bajo la alfombra?
Por otra parte, ¿el reclamo de una
nivelación pensionaria para los jubilados no merece la atención de la
organización sindical a la que pertenecen y por la que han trabajado durante
décadas? ¿Las luchas de los jubilados no son significativas para los activos? ¿Tenemos
sindicalistas de primera y de segunda?
El Jubilado,
en aras de lo políticamente correcto, manifiesta
su extrañeza y solicita respetuosamente se corrija esta grosera e injustificable
omisión, seguramente producto de las prisas por presentar la propuesta ya comentada.
Se vale equivocarse, pero también rectificar. Nobleza obliga.
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