El Jubilado No. 39
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, editada en algún lugar de la ninguneada Delegación
de Pensionados y Jubilados del STAUS.
Número 39 - abril de 2018
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¡Cielos!, ¡Cielos!, ¡Cielos! El lunes 16 es la fecha fatal para decir sí o
no a la huelga en este período de revisión salarial donde el reto es remontar
el tope del 3.4%, dictado por el gobierno y acatado fielmente por la
administración universitaria. La carencia de recursos se debe a que los
trabajadores son muy gastalones y algunos acostumbran a comer tres veces al
día, en el colmo del dispendio y la autocomplacencia. Aquí brillan por su
ausencia las artes de la gestión administrativa y, por otro, la presión
dinámica y permanente de la organización de los trabajadores.
A la burocratización meritocrática de
la institución puede seguir la del sindicato si no hay capacidad crítica que se
le oponga. Una pérdida de rumbo trae consigo los mecanismos de su propia
justificación, con el consiguiente aporte de cinismo y autocomplacencia, que se
articulan con la acción y reacción de la organización ante una administración
cada vez más mercantilizada y distante de los objetivos universitarios. En este contexto, la huelga tiene una
justificación ideológica, histórica y legítima en la difícil lucha por la
supervivencia de la propia organización en un medio influido por la ideología
neoliberal. Aquí, aunque perder identidad en aras de una situación de aparente
armonía institucional es cada vez más susceptible a cuestionamientos, puede ser extremadamente fácil mantener la ilusión de un trato respetuoso cuando este no
existe en los hechos.
Claudicar es tanto como ceder derechos legalmente consagrados e
históricamente logrados por la lucha de los trabajadores por una mejor calidad
de vida.
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