El Jubilado No. 49



Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, editada por alguien en un discreto lugar de la asaltada y monitoreada Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.

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Las huestes sindicales agarran piedras para manifestarse enérgica pero respetuosamente ante ISSSTESON, por la carencia de medicamentos de urgente y necesaria consumición. Las fuerzas vivas montadas en cólera institucional se organizan para hacer patente la falta de medicamentos de lo mismo en sus farmacias, con la consecuente desesperación y sentimiento de orfandad de los cada vez más perjudicados. Hay reuniones, citatorios para marchas, enojo y fechas establecidas para desahogar lo anterior.

Llega a nuestra redacción el comentario de que se han suspendido cirugías ¡por falta de hilo de sutura!, lo que habla claramente del desastre existente en la administración y las finanzas del Instituto y de la pasividad cómplice de los sindicatos “democráticos y progresistas” que se reúnen en un ramillete que va de la CTM a algunos sindicatos académicos.

Según comentario de un amigo nuestro experto en seguridad social y conocedor de la situación interna del Instituto, dinero hay, ahí está, solo que manoseado, sujeto a los intereses electorales y moneda de cambio de corruptelas y complacencias. Señala que lo que hace falta es una acción enérgica por parte de las organizaciones sindicales y que asuman la defensa de los intereses de los trabajadores derechohabientes, dejando de lado la mansedumbre cómplice cuando no el sombrero de charro que corona algunas cabezas.

En la coyuntura se levantan voces que reclaman justamente el abasto de las medicinas y los materiales de curación urgentes y necesarios, algunos incluso reclaman que las pensiones se paguen el día primero de cada mes, ignorando que son pagos adelantados; por ejemplo, un profesor se jubila y recibe su última quincena, pero a la vuelta de un par de días ya está recibiendo su pensión por el ISSSTESON. Pero, volviendo a feo caso del desabasto, los sindicatos deben definir si van a ser parte del problema o de la solución.

Tenemos el teclado chueco de tanto escribir que debe haber conciencia de la importancia de la seguridad social como mecanismo de redistribución del ingreso, que los trabajadores en activo están pagando un servicio de mediocre a malo, que los jubilados tras cotizar 30 años o más ya pagaron por ello, que debe haber conciencia del significado de la solidaridad intergeneracional, que el jubilado tiene derecho al 100 por ciento de su último sueldo y que el gobierno a través del Isssteson le está aplicando de manera  ilegal la reforma a la Ley 38 de 2005, en contradicción evidente al Artículo 14 constitucional, párrafo primero, sobre la no aplicación retroactiva de las normas jurídicas.

En El Jubilado hemos insistido en que el sindicato asuma como propia la responsabilidad de apoyar la lucha por la nivelación pensionaria, conforme a la ley antes de la reforma boursista de contenido claramente recaudatorio, sin embargo, los jubilados y pensionados hemos luchado solos, por cuenta propia durante cuatro años sin lograrlo. Lo que hemos recibido como respuesta a nuestras denuncias y reclamos ha sido indiferencia, boicoteos, rumores estúpidos y acciones ratoneras de descrédito. A este absurdo se añade la disposición de la propia organización de que los trabajadores paguen más, mediante un “plebiscito” de dudosa intencionalidad. Incluso, últimamente, se dio una acción concertada que redundó en acarreos y llamadas por parte de algunos miembros del Comité Ejecutivo en favor de la planilla Morada, adversaria nuestra en la pasada elección de delegados. Claro, ganaron.

Lo dijimos, lo escribimos en su momento y hoy lo reiteramos: quien crea que controlando al representante controla la organización está equivocado, pues somos muchos y seremos más los afectados por la política neoliberal de privatización de la seguridad social y la base agraviada terminará rebasando a las dirigencias. La justicia como la vida misma se abre paso y busca alternativas viables. Seguimos en lucha convencidos de que nos asiste la razón. Si el panorama político nacional ha cambiado, ¿por qué no entender que los sindicatos universitarios deben cambiar también? Seamos congruentes. 

La lucha por la seguridad social es problema de todos y a todos compete impulsar acciones que nos acerquen al goce de nuestros derechos adquiridos durante años de cotización, en los términos de la ley y del contrato de servicios vigente con ISSSTESON.  

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