El Jubilado No. 51


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, editada por no falta quién con adscripción legal en la desabastecida y ninguneada Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.

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Bien dicen que el hilo se rompe por lo más delgado… bien dicen. No hay duda de que la pasividad o la actitud modosita y “madura” de algunos sindicatos ha convertido en una caricatura la fuerza de los reclamos laborales y una mascarada la de los derechos sociales de los trabajadores. Hasta la fecha, las organizaciones solamente han dado la cara como comparsas ridículas y acomodaticias en el carnaval del poder. Sí, en efecto, seguimos asombrados de la baratura de las dirigencias y la escasa progenitora que exhiben impúdicamente algunos liderazgos. ¿Bolsitas de plástico con medicamentos repartidos de manera controlada por manos sindicales? ¿Visitas a las farmacias para ver si el inventario existe o sólo es un invento más de las autoridades que lanzan la cifra de abasto del 90 por ciento, así nomás, sin contrastar y establecer la demanda de medicamentos con relación a la oferta de estos con base en argumentos estadísticos y encuestas de satisfacción de los derechohabientes in situ? ¡Peroquechingados!

Pero no todo es cháchara inútil y obscena manipulación. Hay voces que claman en el desierto burocrático de Sonora, de norte a sur, de este a oeste, y van por justicia laboral cueste lo que cueste. Tenemos el pronunciamiento esencial de los sindicalistas del propio ISSSTESON, quienes reclaman de manera organizada y firme su derecho a tener las plazas de base prometidas por la dirección, a contar con mejores condicione de trabajo porque no hay aire acondicionado en ciertas áreas, porque no existen los medicamentos y materiales de curación necesarios y suficientes, porque no hay médicos especialistas que cubran el faltante en los servicios, porque no les han liberado los préstamos hipotecarios, porque ya están cansados de promesas y caras de circunstancias por parte de funcionarios que les dicen que “toman nota”, que deben “estar unidos”, que somos “de casa”, que les van afirmar el convenio, que siempre no, que a chuchita la bolsearon…


El director general se conforma con lanzar cifras al viento, a hablar del faltante en el fondo de jubilaciones, de las cantidades que se asignan para cubrir la demanda de medicamentos, del tamaño del problema financiero y la pavorosa cifra de 5 mil 500 millones de devaluados pesitos que no se pueden contar porque se perdieron en algún recodo del sexenio anterior y lo que va de este. Números, datos, montos que un día son 6 mil, otros 5 mil y a veces 4 mil millones de pesos que se cargan a los derechohabientes como si se tratara del cobro a lo chino de una deuda que es, por donde se le vea, del propio ISSSTESON y del Gobierno del Estado con los trabajadores activos y jubilados de Sonora.

¿De qué sirve saber por boca de los propios directivos del Instituto que no les reportan las cuotas que rigurosamente pagan los trabajadores y que se detiene en Hacienda, en el Gobierno del Estado?, ¿o la pasividad vacuna, o la moderación cómplice y el cachondeo mediático de las organizaciones ante un problema que se tiene que llamar por su nombre? ¿Qué papel tiene los sindicatos en la obscena trama del saqueo al erario y la increíble desaparición del tamaña cantidad de pesitos? ¿Por qué se debe entregar (desincorporar, dicen) patrimonio estatal para cubrir la leperada de unos cuantos perfectamente identificados, ubicados y embichados ante la opinión pública y supuestamente ante las autoridades “competentes”? ¿Por qué debe considerarse al derechohabiente un deudor en vez de un acreedor con pleno derecho de emprender reclamos en lo legal y lo político? En este punto, nadie debe dudar que la solución es el rescate financiero del Instituto, la reorganización administrativa y de control y la acción legal contundente y sin excepciones contra los perpetradores del saqueo al ISSSTESON.     

Nuestro teclado ya tiene las letras chuecas de tanto que hemos dicho, denunciado, advertido, sobre la necesidad imperiosa de que las dirigencias vean como asunto propio de la lucha sindical la defensa de la seguridad social donde destaca la atención de la salud y el problema de las pensiones y jubilaciones, en especial la nivelación pensionaria, la agilidad de los trámites para el retiro y la protección y defensa de los derechos de los pensionados y jubilados a un trato digno, sin exclusiones, sin engaños, sin actitudes condescendientes, sin mamadas, y que no vean como solución la firma de un nuevo convenio donde el trabajador deberá pagar más por lo mismo. Que quede claro: la seguridad social es un derecho, no un favor o generosa dádiva.  Esperamos esa solidaridad y apoyo incondicional que promete el estatuto sindical y las mejores tradiciones de lucha solidaria de nuestro sindicato. Esperamos congruencia… exigimos congruencia.

La lucha de los trabajadores del ISSSTESON es la de todos los trabajadores sindicalizados de Sonora. Ni un paso atrás.

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