Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que observa al ISSSTESON
desde algún discreto lugar de la Delegación de Pensionados y Jubilados del
STAUS.
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Pues no salimos del asombro que
ocasionan las palabras tronantes y así plañideras del señor director del
ISSSTESON, Pedro Ángel Contreras López, quien una vez más amenaza a las huestes
universitarias con el petate de la suspensión de los servicios médicos, farmacia,
pensiones y jubilaciones. Usted recordará que no hace mucho amaneció cerrado el
Módulo en el Campus universitario, en lo que fue una falsa alarma tras un
celebrado cierre de la calle Rosales en su intersección con el Bulevar Luis
Encinas. Tras una correcta reacción de los sindicalistas universitarios, el
representante del gobierno dijo que el cierre era por inventario mientras que
el del Instituto aclaró que era un cierre programado pero que se iba a echar
para atrás.

La aparente
contradicción entre los funcionarios simplemente nos revela que cerrar un módulo
de atención amparado por un contrato de prestación de servicios y las gestiones
que se derivan de esta circunstancia en beneficio de los derechohabientes
universitarios, al gobierno y al ISSSTESON le valen gorro; que hoy cierran y
mañana abren porque pueden hacerlo, que aplican el “te digo chana para que me
entiendas Juana”, en un juego que se suma a las presiones, rumores, acciones
soterradas y el ánimo de joder cuando el Instituto no tiene derecho más que a intentar
una negociación, porque su voluntad o intereses no son omnímodos sino que representa
tan solo una parte de dos que firman el contrato vigente y que, sin el acuerdo
de la UNISON, no puede ni debe haber ninguna modificación en la relación
UNISON-ISSSTESON ni mucho menos la suspensión de los servicios a los que la
Cláusula Primera del citado Contrato de Prestación de Servicios nos da derecho
y que incluye, entre otros, los servicios de salud, pensiones y jubilaciones.

Como usted sabrá, la
más reciente andanada de amenazas y explicaciones pendejas que se sirvió lanzar
el señor director Contreras en los medios informativos el día 16 del presente, sólo
ha servido para dejar constancia a los sindicatos que nuestra institución de
seguridad social está, desde 2005, siendo víctima de un absurdo furor
recaudatorio y que el desaseo, la corrupción y poca madre del gobierno se han
recrudecido muy a pesar de que el Congreso del Estado nombró a una “comisión
especial” para escarbar en las tripas e intimidades del Instituto y eventualmente
poner orden en el organismo cuya directiva se ha hecho famosa por haber permitido
la evaporación de algo así como seis mil millones de pesos.
Pero hablando de otras cosas, nos
llama la atención que, estando el horno para bollos, la situación del ISSSTESON
no haya merecido figurar dentro de los ejes temáticos del reciente V Congreso
General Resolutivo, siquiera para tener que resolver siempre no resolver, por
lo evasiva que puede ser una posición firme sobre este problema y el posible
curso de acción sin abandonar los canales de lo políticamente correcto y el
espíritu transformador y prenavideño que nos embarga.
Pero, amenazas aparte, sucede que la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, señora gorda con canasta lista para
recibir los generosos estipendios navideños, ha declarado inconstitucional la
suspensión de los servicios de la seguridad social a que pudiera llegar el
ISSSTESON, dejando una puerta abierta para que, en todo caso, se le demande por
incumplimiento de contrato, por daños y perjuicios y lo que usted desee
agregar.
¿Cuándo entenderemos
los sindicalistas universitarios que tenemos el sartén por el mango y que no se
debe ceder en pagar cuotas más altas que las que están establecidas en el Contrato
UNISON-ISSSTESON actualmente vigente? ¿Cómo nos vamos a tragar que la Universidad
“requiere actualizar sus aportaciones al ISSSTESON” siendo que nos protege la
propia ley y el principio de no retroactividad en la aplicación de las normas jurídicas,
establecido en la Constitución federal en su artículo 14? ¿Tenemos que pagar
más? ¡Un cuerno!
La demagogia, perfidia y poca madre
de las autoridades debiera ser lo suficientemente aleccionadora como para no
ceder nomás porque sí a las exigencias ilegales de esta banda depredadora. Si
no aprendemos y actuamos en consecuencia, ¡de plano, no tenemos remedio!
oooooOOOooooo
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