El Jubilado No. 59


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada desde puesto de observación en algún lugar de la Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Como el sensible y participativo lector sabrá, el día martes 4 se dieron cita en la Casa del Jubilado ISSSTESON las huestes pensionistas que, siendo del STAUS y de otros sindicatos vieron con enojo que en las ventanillas no hubiera señales de que los recursos se hubieran liberado y, por tanto, se presumió que la amenaza-intimidación-mamada del señor director del ISSSTESON (un tipo que no es tan Ángel, que parece que anda Pedro y que de plano es Conteras e hijo de otros López) de no pagar el aguinaldo se hubiera cumplido. La pequeña multitud reunida optó por cerrar la calle Serdán y manifestar su indignación ante los transeúntes, automovilistas e infaltables policías y así subrayar la convicción de que los chantajes económicos a costa de un derecho adquirido bien pueden ir a aplicarlos (pasando por Palacio de Gobierno) a la más vieja de su casa (la del director, se entiende).

Tras una ya densa cortina de mentadas de madre y curiosas adjetivaciones se supo, quizá justo a tiempo, que ya corría agua por el canal de Banamex y no tardó mucho en abrirse la compuesta de Santander, permitiendo la fluida navegación de los derechohabientes hacia el pago de deudas y surtido de despensas y recetas médicas no satisfechas institucionalmente. El peso de la protesta, y la certeza de que al que no se moviliza las ratas del ISSSTESON lo usan como papel higiénico, surtió los efectos esperados y así, amable lector, se libró un escollo puesto por la perfidia de Pedrito el Malo y el boquete pensionario ocasionado por el gobierno que masca chicle y se pitorrea de los ciudadanos mientras jalonea recursos para fines ajenos.

Desde luego, celebramos y agradecemos a la señora gobernadora la designación del actual director del Instituto, su permanencia y el desempeño que ha tenido, porque nos regala continuas emociones y razones para afirmar que el desfondo del ISSSTESON y la poca madre de sus administradores obedece a la estrategia babeante de privatizar la seguridad social, profundizando la política de subrogaciones, el hartazgo de los derechohabientes y el incumplimiento de obligaciones, además de agandallar dinero que es única y exclusivamente para los fines de servir a los trabajadores de los organismos afiliados. La insolvencia del Instituto está ligada a una pésima administración, a un esquema de complicidades y favoritismos, a una política clientelar que cruza por el sindicalismo charro y desemboca en los intereses de los neoliberales de guarache encaramados aún en el poder estatal.

Por fortuna, los tiempos empiezan a cambiar y no se puede dar reversa ni para tomar vuelo. Creemos que el motor de la 4ª Transformación es el pueblo en movimiento. Hay que recuperar el espacio público para bien de todos, ya.

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