El Jubilado No. 60


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que toma nota en algún lugar de la Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Estamos en el caso en que esa sensación de déjà vu nos remite a otra déjà vu. O sea, la sensación de algo visto que nos remite a algo visto. Sucede que el día 22 de octubre el Secretario general del STAUS envió oficio a la Diputada Presidente de la mesa directiva del Congreso del Estado, Rosa María Mancha Ornelas y el 11 de diciembre nos encontramos con que en el CGD se distribuyó copia de un oficio dirigido a la Diputada Presidente de la Primera Comisión de Hacienda, Diana Platt Salazar, suscrito por el mismo Secretario General y solicitando lo mismo: que el Congreso “acuerde una solución integral a la problemática financiera del ISSSTESON con la inyección de recursos por parte del Estado, la recuperación de los seis mil millones de pesos desfalcados al ISSSTESON y el deslinde de responsabilidades”. Aquí hacemos un alto en la lectura y nos unimos al coro de apoyadores que echan a volar campanas, le suben el volumen a la Marcha triunfal de Aída (Aída es una ópera en cuatro actos de Giuseppe Verdi y libreto de Antonio Ghislanzoni, estrenada en El Cairo en 1871) y renuevan su fe en la justicia social.

Pero continuando con la lectura del texto de marras, encontramos que “la Universidad de Sonora requiere actualizar su aportación al ISSSTESON, lo que implica también un aumento del descuento que se nos hace a los académicos, con su correspondiente impacto en el ya de por sí deteriorado salario real que percibimos”, por lo que se solicita “que este H. Congreso del Estado, en uso de sus facultades acuerde, en el presupuesto de 2019 para la Universidad de Sonora una partida regularizable equivalente al 4% de la nómina integrada de los académicos, que representa un monto anual de 24 millones de pesos, para la seguridad social de los trabajadores académicos, aplicables en los rubros de ISSSTESON, servicios médicos, jubilación y vivienda, eso en adición a la partida que solicite la Rectoría de la Universidad de Sonora para regularizar su aportación patronal al ISSSTESON”. Aquí la música cesa, ponemos cara de what y sentimos pena ajena.

¿La Universidad de Sonora “requiere actualizar su aportación al ISSSTESON”, o es el ISSSTESON quien requiere que la Universidad aumente su aportación y, para lograrlo, presiona, chantajea, amenaza y difama a la Institución universitaria? ¿El derecho de los universitarios sustentado en la no retroactividad de la Ley 38 y la vigencia del Contrato de Prestación de Servicios firmado entre la UNISON y el ISSSTESON no es reconocido por el propio sindicato y la misma UNISON? ¿Ahora son los sindicalistas quienes deben abogar por echar por tierra la vigencia de un instrumento jurídico que nos ampara contra la aplicación leonina de cuotas y aportaciones altas, desproporcionadas al sueldo que reciben los trabajadores?

El hecho irrebatible de que 210 demandas de nivelación pensionaria se hayan resuelto a favor de los trabajadores frente a la voracidad del ISSSTESON ¿no les dice nada a nuestros amigos de la dirigencia sindical? ¿No se les ha ocurrido que la organización debiera impulsar la lucha por el derecho a una pensión justa, de acuerdo con el marco normativo que nos ampara, en vez de intentar abrir boquetes a nuestra línea de defensa? En serio, ¿no se han dado cuenta de que una mayoría de jubilados y pensionados universitarios han promovido demandas por nivelación pensionaria y esperan que su sindicato (STEUS y STAUS) mínimamente los apoye no desacreditando su reclamo? ¿Corresponde al STAUS dar empujones a la administración universitaria para que pague más al ISSSTESON? ¿Es tarea del STAUS solicitar a los diputados más recursos para entregarlos al ISSSTESON, conocido barril sin fondo y estercolero de la administración estatal?

Sin medicamentos
¿Hay un problema de disonancia cognitiva en quienes nos representan, o debieran hacerlo, frente a las presiones y abusos del ISSSTESON? Sabemos que el problema del desabasto de las medicinas y la falta de atención médica oportuna sigue en las mismas, y que el Instituto no ha cumplido en absoluto sus compromisos. ¿Han pensado en que hay elementos para demandar al ISSSTESON por incumplimiento de contrato o, de plano, prefieren olvidarse del Contrato de Prestación de Servicios por aquello de no tener que reconocer su vigencia y no enfrentar realmente al basurero burocrático en que se ha convertido el ISSSTESON? ¿Preferimos pagar un “seguro de gastos médicos mayores” porque no estamos dispuestos a exigir que el ISSSTESON nos de el servicio por el que muchas generaciones de universitarios han pagado, y siguen pagando? ¿No entendemos que estamos privatizando en los hechos la seguridad social, que es conquista de los trabajadores, al reducir o parcializar el ejercicio de un derecho que es fundamental e irrenunciable?

Hagamos la parte que nos corresponde en la lucha por un México y un sindicalismo democrático, justo, incluyente y combativo, digno de incorporarse a las transformaciones que el país necesita. Seamos parte de la historia.

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