El Jubilado No. 61
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien en espera de vacaciones desde
algún lugar de la Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Bueno, pues pudiéramos estar tirando serpentinas,
soplando espanta-suegras, agitando matracas, lanzando cohetes e inflando globos,
así como preparando discursos y organizando reconocimientos porque, al fin, se
pudo instalar la Comisión de Vigilancia y Fiscalización del ISSSTESON (CVF),
que incluye entre sus integrantes a nuestro secretario general. Pudiéramos,
pero no…
Si el CVF va a fiscalizar y vigilar
al ISSSTESON como órgano reglamentario para tal fin, ¿la propia autoridad
responsable de los aciertos o errores, chapuzas y omisiones cometidas debe estar
ahí presidiendo y no sólo como voz informativa? Estando así las cosas, ¿qué tan
confiable puede ser? Parece que el reglamento está pensado desde la óptica del
poder y que aparenta incluir a otros actores pero que, en realidad, es un
mecanismo de simulación y mediatización que permite generar complicidades
involuntarias o inerciales. Si nos preocupa la forma, también debe preocuparnos
el fondo.
Si nos conformamos con la
satisfacción de que, al menos, se nos abrió esta puerta, ¿no estaremos avalando
que el menosprecio de las autoridades hacia el derechohabiente es porque
nosotros no sabemos y ellos sí saben cómo debe manejarse la seguridad social?
¿No nos genera conflicto saber que las líneas de política social obedecen a un
modelo privatizador y promotor de corruptelas y complicidades? Es importante no
perder la perspectiva del problema y que la solución debe apegarse estrictamente
a los intereses los trabajadores presentes y futuros y sus familias, lo cual
supone, para empezar, el poder intervenir en las decisiones de la Junta Directiva
de ISSSTESON. Ni más ni menos.
oooOOOooo
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