El Jubilado No. 64


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada en algún lugar discreto de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Tal como se lo habíamos anticipado, la “Suprema Corte de Justicia de la Nación” (SCJN), conocido cártel de trayectoria siniestra y mejor amigo del dinero que de la legalidad, decidió en el sentido que suponíamos: asestó un rudo golpe a las expectativas fundadas en el derecho de muchos pensionados y jubilados que emprendieron el azaroso camino de la demanda por nivelación pensionaria, emitiendo un criterio jurisprudencial no sólo aberrante sino ilegal: le dio la razón al ISSSTESON.

Basados en un criterio lineal y puramente monetario, dejaron bajo la alfombra el hecho irrebatible de cientos de demandas decididas a favor del demandante, algo así como 500 o 600 en el sexenio de Guillermo Padrés Elías y 210 durante el actual, según nos aclara el asesor jurídico que consultamos. El caso es que el Tribunal de Justicia Administrativa (TJA) que come de la mano de la gobernadora en turno, le dio palo a los juicios para que se fueran a amparo directo, donde caerían en manos del sombrío prianista y amigocho, según ha trascendido, del actual director del ISSSTESON quien, por supuesto, se plegaría a los intereses de la burda administración que padecemos en Sonora. Al respecto, nos enteramos de que en el sur del Estado muchos maestros derechohabientes del ISSSTESON jubilados o pensionados emprendieron demandas por nivelación de pensión, pero el siempre oficialista sindicato al que pertenecen los profes, el SNTE, los instruyó para que desistieran o simplemente no iniciaran ningún trámite legal para obtener lo que en justicia les corresponde.

Por lo que hemos visto, el vacío y la presión sindical han sido evidentes. Al respecto, el abogado especialista en casos de pensiones y jubilaciones que consultamos, nos revela que las acciones legales emprendidas por el despacho que representa fueron correctas y se observaron todas las formalidades de ley, pero lo que faltó fue la presión política. Más claro: los sindicatos no quisieron entrarle al asunto y dejaron solos a sus integrantes en calidad de trabajadores retirados. Lo anterior confirma lo que El Jubilado ha sostenido siempre: que a la acción legal debe incorporarse la política, porque de otra manera a la ley se la pasan por el arco del triunfo y pasa lo que acaba de pasar. Hablando en corto, en el caso de los universitarios de Sonora, la derrota no fue legal sino política.

Respecto a lo anterior, debemos agradecer con lágrimas en los ojos y la mente puesta en el infinito y más allá a nuestra siempre activa, democrática y combativa dirigencia sindical por no habernos apoyado en lo absoluto, por habernos ignorado sistemáticamente a pesar de que en pláticas personales se nos dio la razón. La dirigencia, desde 2014, nunca aceptó asumir como propia la lucha legal y política que emprendimos. Seguramente su inacción y falta de solidaridad se debió a que en sus planes existen otros objetivos de mayor utilidad que el apoyar de manera efectiva a quienes forman en las filas de la delegación de pensionados y jubilados. ¿Para qué molestarse en luchar codo con codo con académicos retirados, que no pagan cuotas, que no deciden las huelgas, que no están cerca de las promisorias playas del poder y la antojadiza arena de la corrupción institucional? Después de todo, el profesor retirado es alguien que ya dejó de ser “factor de decisiones y de alianzas” de cara a lo que la trivialidad neoliberal considera de utilidad.

Los jubilados y pensionados afiliados al STAUS nos lanzamos solos, sin ningún apoyo, a una lucha que acaba de recibir su veredicto final. Si para tranquilidad de las autoridades gubernamentales se acabó el susto de pagar lo que en derecho les corresponde a los profesores retirados, para la burocracia universitaria sigue siendo un pendiente el asunto del “nuevo convenio” con ISSSTESON.  

Seguimos diciendo que por ningún motivo se debe firmar un convenio que modifique el Contrato de Servicios actualmente vigente, que sigue siendo fuente de derecho para los universitarios. Bastaría que la Universidad reportara completo lo que paga a sus trabajadores sin modificar el contrato con ISSSTESON. Recuérdese que los contratos y los convenios son acuerdos de voluntades donde la ley vigente es supletoria, sin embargo, estamos conscientes de que pertenecemos a un sindicalismo donde las dirigencias prefieren impulsar soluciones en las que los trabajadores paguen más y donde el gobierno siga cómodamente recibiendo dinero por conceptos que no necesariamente está dispuesto a cumplir, como ya debiera habernos quedado claro, y que “las bases” prefieren no mover un dedo y hacerlo hasta que la voracidad del neoliberalismo hecho gobierno les alcanza. Sólo cuando ven amenazada su comodidad pegan de gritos y se proclaman defensores del estado de derecho y la justicia social. En conclusión, somos un sindicalismo a modo del sistema, acomodaticio y simulador, que puede protestar y eventualmente hacer movilizaciones pero sin la verdadera intención de modificar de raíz las condiciones que nos oprimen y mediatizan como clase trabajadora. No existe visión social ni proyecto transformador, sólo se reacciona ante las acciones del Estado y la administración universitaria. Cabe señalar que un organismo que no acciona sino que simplemente reacciona es, simplemente, un cómplice del sistema y, por tanto, reaccionario.

Para nosotros la lucha sigue, resistiremos las eventualidades internas y externas, sostenemos que el objetivo de toda organización de trabajadores debe ser transformador, y no desistiremos en el propósito de hacer realidad el sueño de un sindicalismo honesto, solidario, combativo, justo e incluyente. ¡Venceremos!

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