El Jubilado No. 70
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada desde observatorio entomológico en
algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Desde luego que nos maravilla la
capacidad ejecutiva del gobierno por haber logrado, seguramente “por razones
humanitarias”, que el sindicalismo sonorense firmara la liquidación de bienes
inmuebles cargados de historia y simbolismo con el ánimo de que “no quebrara el
ISSSTESON” y, de volada, presentar la maqueta de un proyecto en el que se viene
trabajando, por supuesto, desde hace más de un año. Nos asombra la sincronía
entre los ánimos justicieros sindicales y la compulsión neoliberal de liquidar
activos patrimonio del pueblo, privatizar bienes y servicios y hacerles el día
a los inversionistas omnipresentes y redundantes, considerando el hecho bien
conocido de que son unas cuantas familias las que están haciendo el negocio de
los centros de convenciones y desarrollos inmobiliarios de alto nivel en
nuestra entidad. Dinero llama dinero y la justicia parece ser una mercancía que,
como tal, se administra en el marco del sistema de mercado.
En este punto, cabe preguntarse si,
de plano, los representantes sindicales son o están cayendo en complicidades accidentales
de lo que tiene la pinta de ser un proyecto de negocios y, si no fueron conscientes
de que sirvieron de base social a una tranza monumental propuesta por el gobierno
de Guillermo Padrés y retomada y operada por el de Claudia Pavlovich, ¿son
protagonistas de un acto de sebosa complicidad o de una obnubilación (apendejamiento)
producto de la linealidad del criterio formado en el “topos uranos” de los claustros
académicos, o en la toxicidad de las cañerías de la burocracia que se reclama “institucional”?
¿Se pueden argumentar con seriedad razones humanitarias para justificar que se
liquida patrimonio y, sin embargo, manifestar tibieza en la exigencia de perseguir
a los culpables del desfondo pensionario y el daño patrimonial del ISSSTESON? ¿Usted
cree que eventualmente recuperar mil millones de pesos alcanza para resarcir al
Instituto de la perdida del dinero (dos mil 63 millones) que el gobierno de
Padrés dejó de entregarle por concepto de cuotas y aportaciones? ¿Se puede considerar
un logro que el gobierno se “comprometa” a cumplir con lo que está obligado por
ley? ¿No le parece un notable ejercicio de cinismo cuando no de simulación? ¿Es
un triunfo de la justicia sobre la codicia o es todo lo contrario?
Por lo anterior, se puede decir que el gobierno y el ISSSTESON evaden sus
responsabilidades legales y actúan como agentes inmobiliarios al servicio de
especuladores bien posicionados políticamente, con la complacencia de las
organizaciones sindicales y sociales que, en principio, se comprometieron a
luchar por el bienestar de sus agremiados y la salud financiera y operativa del
Instituto. ¿Se
imagina la cantidad de dinero que estará en juego? ¿Fueron los sindicatos víctimas
de una chamaqueada? ¿Cayeron sin proponérselo en las argucias prianistas? ¿Hubo
gato encerrado? ¿Fue plan con maña? ¿Abuso de confianza? ¿Abandono de responsabilidades?
¿Ausencia de claridad? Usted dirá...
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