El Jubilado No. 76
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien con gastritis observando en
algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Sabemos que febrero es un mes loco, que sus
constantes variaciones de humor hacen que alguien salga de su casa con ropa de
esquimal para volver con otra de turista gringo en Kino. Cosas del tiempo y las
circunstancias que hacen que las cosas sean y no sean, que la forma se vuelva
contenido y el contenido forma, que el arriba y el abajo sean una rutina de
patinador olímpico en una pista de hielo que se empieza a licuar mientras la
miramos con asombro y discreta repugnancia (seguramente el lector babea ante la
profundidad de estos asertos). Pues bien, los sindicatos como organizaciones
que se integran con gente también resienten los vaivenes del clima y las circunstancias,
el zangoloteo de la política y la viscosidad del discurso del ISSSTESON y su
gobernanza cleptocrática y engañosa.
Como a toda acción corresponde una
reacción, los afectados se reúnen, organizan y manifiestan: “el gobierno no nos
cumple”, “puras promesas y nada de nada”, “se descuentan las cuotas cada día de
pago y el dinero no se ve por ningún lado”, “ya estoy hasta la madre de dar
vueltas y vueltas para que me digan que no hay esta medicina”, etcétera,
etcétera, etcétera; y como era de esperarse, los derechohabientes despiertan ante
una realidad inocultable: las marchas, los mítines y las declaraciones públicas
no son cosas de grillos sindicales o de ociosos protagónicos sino de ciudadanos
que reclaman lo que a su derecho conviene. En este contexto, las organizaciones
sindicales y sociales tienen un deber político, moral, ético y de legitimación
del que no pueden zafarse impunemente.
Es claro que la unión hace la fuerza
y que el enemigo a vencer es el mismo, de suerte que los sindicalistas
sonorenses tienen una dura tarea que realizar, consistente en descharrificar
sus dirigencias, clarificar y definir sus acciones y reclamos y unirse en
legítima defensa de sus bases. Aquí se impone la pregunta de ¿cuándo vamos a pintar
raya con los charros del Consejo Sindical y Social Permanente y unificar a las fuerzas
sindicales independientes en una nueva organización que nos represente
colectivamente? El tiempo corre y la moneda está en el aire, cuya temperatura a
veces baja y a veces sube. Cosas de la temporada de locura climática.
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