Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada en decúbito supino en algún lugar periférico
de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Marzo comparte la locura de su predecesor en
el calendario y anticipa calideces así como expectativas primaverales en
lejanas costas o serranías distantes, aunque también sombreados aburrimientos y
excesos de cafeína domiciliarios. Lo cierto es que el
pobresor universitario, como muchos de sus congéneres de otras
instituciones, es ejemplo de austeridad republicana forzada no por la
convicción política sino por la mezquindad presupuestal institucional. ¿Usted
cree que el aumento salarial del 3.35 por ciento más el 1.8 en prestaciones es
causal de jolgorio y furor consumista? ¿Nos tenemos que persuadir que los
únicos que pueden darse lujos son el rector y sus más cercanos colaboradores,
gracias a la holgura presupuestal que sólo a ellos favorece mientras que al
resto de la humanidad universitaria se le condena en cada revisión a vivir
entre estrecheces y frustraciones? ¿Seguiremos pastando mientras las plazas
académicas se fugan a la administración? ¿Les reiremos la gracia a los
burócratas perdularios que a cada reclamo contestan que no se acepta la
propuesta sindical porque “la institución no cuenta con recursos para atender
esta solicitud”, “es competencia de órganos colegiados”, “ya gestionamos 50
millones para lo del ISSSTESON” y ahí se la echan, “no se reconoce violación”,
“estamos valorando la solicitud” “se va a realizar un diagnóstico”(STAUS al día,
1 de marzo de 2019) por no decirnos, de plano y por lo claro, que mejor vayamos
a chiflar a nuestras madres?
Por otra parte, se dice que ya se
tienen autorizados 50 milloncitos para cumplirle el capricho al ISSSTESON, pero
la administración no cuenta con documento oficial que lo confirme, salvo la
jabonosa referencia al artículo 87 fracción I del presupuesto de egresos
estatal en donde “se establecen 53 millones de pesos para las universidades
del estado” (el subrayado es nuestro). ¿50 millones para empujar a la UNISON
a la firma del convenio con ISSSTESON? ¿Tres millones son suficientes para el
resto de las universidades? ¿En serio? Marzo nos pone tanto en ambiente
cuaresmal como en conmemoración juarista, donde la fe compite con la razón por
la voluntad de los universitarios. La fe, hasta ahora, se ha llevado la mejor
parte.

Para documentar la
afirmación anterior, baste recordar que en las revisiones anteriores el
sindicalismo no ha tenido avances y, en términos relativos, ha observado retrocesos
por los topes salariales, la negativa reiterada de la administración a propuestas
importantes respecto a derechos, salario y prestaciones, la modificación
unilateral del EPA, y el etcétera que usted seguramente recuerda. Sin embargo,
la institución no ha suspendido actividades cuando muchos pensaron en la
inminencia de la huelga por la defensa del Contrato Colectivo de Trabajo.
Cabría añadir que las condiciones generales de trabajo se agravan cuando la seguridad
social se condiciona y limita, de suerte que resulta imperativa la lucha por el
derecho a la seguridad social, actualmente comprometido por el desfondo del ISSSTESON
y las trapacerías recaudatorias de un convenio cuando menos cuestionable y al
que los jubilados y pensionados universitarios nos oponemos.
Es inevitable preguntarse ¿por qué no
se ha presentado una demanda contra el ISSSTESON por incumplimiento del
contrato de servicios suscrito con la UNISON? ¿Cuándo entenderemos que la razón
está de nuestro lado y que debemos integrar la acción legal a la movilización política?
¿Qué ha faltado para que desarrollemos acciones de presión hacia la UNISON para
que enfrente el abusivo trato del ISSSTESON por las vías legales y otras de carácter
público? ¿Por qué se tiene que pagar más sin antes haber recuperado el dinero
robado del fondo de pensiones y mejorado sustancialmente los servicios a que
tenemos derecho? ¿Por qué no establecer, en todo caso, un convenio modificatorio
donde se aplique la tasa de descuentos que establece el contrato vigente al total
de las percepciones de los trabajadores universitarios derivadas de su
actividad laboral? ¿Por qué aceptar vacunamente que se nos condicione de manera
unilateral el acceso a la seguridad social? ¿No le parece que hay razones
suficientes como para protestar enérgicamente y denunciar los abusos y malos
manejos del Gobierno y el ISSSTESON, tanto como la desidia y complicidad comodona
de la administración universitaria? Son tiempos de definiciones, de pintar
rayas y de establecer rutas de acción. Seamos consecuentes y actuemos en defensa
propia.
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