El Jubilado No. 82 ...en huelga


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien rojinegro con síntomas de resfriado en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
-----

 
A estas alturas el tema de la huelga universitaria ya ha sido manoseado, interpretado, reinterpretado, mitificado y deformado, por los actores políticos de jeta y lengua que siempre aparecen cuando los trabajadores luchan por sus derechos. Las plañideras del caso se rasgan las vestiduras, moquean entre espasmos y convulsiones, y exhiben ojeras debidamente resaltadas con el rímel de la demagogia: “la Universidad es para y por los estudiantes”, lo que recuerda aquello de que “mi gobierno es para y por los empresarios”, pero que en ambos casos se deja fuera al pueblo, a la clase trabajadora y, por qué no, a los propios jóvenes como hijos de familia, como futuros trabajadores de carne y hueso, como próximos sindicalistas, para meterlos en una burbuja de cristal opaco donde el contexto no se ve y el futuro, pues menos. Esta concepción convierte a los estudiantes en seres atemporales, digamos holográficos, que pasan de universitarios a universitufos, con grave daño a la autoestima de las caricaturas por ser competencia desleal y de muy mala tinta. La huelga, los afanes y luchas de los profesores y los trabajadores manuales y administrativos son una realidad en la que los estudiantes tienen su lugar, no son ajenos ni excluidos. Lo que excluye es la ideología neoliberal que los hace enemigos de su propia clase al inducirlos a apoyar al patrón en vez de al trabajador.

Durante la reunión informativa con estudiantes desarrollada el viernes 5, se observó, grosso modo, una diferencia de actitud: algunos de los chicos que se decían estudiantes de derecho asumieron una actitud de abogado patronal hablando de “derecho” y paseando una frase efectista pero hueca: “su derecho termina donde empieza el nuestro”, siendo que es tan general y ubicua que no tiene mucho sentido usarla para establecer precisiones fronterizas, por otra parte, establecidas en la ley.

Se dice que la huelga coarta el derecho a la educación universitaria, el cual es de la misma magnitud que el de huelga. ¿Habrán leído el artículo tercero constitucional antes de lanzar a los cuatro vientos semejante mamada? Es obvio que no, si acreditamos una ignorancia honesta. Sucede que dicho artículo consagra el derecho a la educación que imparte el Estado, es decir, el nivel básico formado por la primaria y la secundaria, así como el nivel medio superior, o bachillerato. En cuando a la educación superior, no es considerada obligatoria aunque el Estado la “promoverá y atenderá”, al igual que la educación inicial, por ser “necesarios para el desarrollo de la nación” (fracción V). Por otra parte, en su fracción VII, se refiere a la autonomía universitaria, por la que las instituciones como nuestra UNISON “tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas…” y en cuanto a “las relaciones laborales, tanto del personal académico como del administrativo, se normarán por el apartado A del artículo 123 de esta Constitución en los términos y con las modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo…”, con lo que saltan a la vista dos situaciones: no se coarta el “derecho a la educación” porque estamos en una universidad donde, en todo caso, el derecho de los estudiantes está tutelado por el Reglamento Escolar y las medidas administrativas que las autoridades universitarias se sirvan proveer para la recuperación de las actividades del semestre; y dos, la huelga es legal y legítima y se apega a los supuestos de la Ley Federal del Trabajo por lo que se espera que proceda el acercamiento y negociación entre las partes para dar por concluido el conflicto.

La participación de los estudiantes de Historia reveló una buena formación social y comprensión de la realidad que actualmente vive la universidad, de suerte que el apoyo a los trabajadores en huelga los hace partícipes activos y una verdadera promesa de ciudadanía de cara a las transformaciones que el país demanda. Podemos decir que sus maestros han logrado en ellos una formación que les permite la comprensión del devenir social, en contraste con la visión chata, mezquina y ahistórica que otros exhiben. “Apoyamos la huelga porque mañana estaremos en esta situación”. Sabias palabras.

Una conclusión adicional es que a los estudiantes hay que hablarles con franqueza, sin chipileos que los achaparran y puerilizan. Debemos entender que sólo la verdad es transformadora y que “darle por su lado” al estudiante no es formarlo ni hacerlo crecer como persona. El actuar de manera complaciente, con una condescendencia al borde de un coma diabético es no sólo ridícula sino insultante porque falta al respeto que merece un adulto joven sujeto a un proceso formativo del cual la institución es responsable. En cambio, un planteamiento directo, bien fundamentado, no sólo construye puentes de comunicación sino que educa, en un marco de respeto que a todos honra. Es claro que “el maestro luchando también está enseñando”.

-----ooo-----

Comentarios

Entradas populares de este blog

El Jubilado No. 86

El Jubilado No. 94

El Jubilado No. 91