El Jubilado No. 82 ...en huelga
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien rojinegro con síntomas de resfriado en algún lugar de la aún Delegación de
Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Durante la reunión informativa con
estudiantes desarrollada el viernes 5, se observó, grosso modo, una diferencia
de actitud: algunos de los chicos que se decían estudiantes de derecho asumieron una
actitud de abogado patronal hablando de “derecho” y paseando una frase
efectista pero hueca: “su derecho termina donde empieza el nuestro”, siendo que
es tan general y ubicua que no tiene mucho sentido usarla para establecer
precisiones fronterizas, por otra parte, establecidas en la ley.
Se dice que la huelga coarta el
derecho a la educación universitaria, el cual es de la misma magnitud que el de
huelga. ¿Habrán leído el artículo tercero constitucional antes de lanzar a los
cuatro vientos semejante mamada? Es obvio que no, si acreditamos una ignorancia
honesta. Sucede que dicho artículo consagra el derecho a la educación
que imparte el Estado, es decir, el nivel básico formado por la primaria y la
secundaria, así como el nivel medio superior, o bachillerato. En cuando a
la educación superior, no es considerada obligatoria aunque el Estado la “promoverá
y atenderá”, al igual que la educación inicial, por ser “necesarios para el
desarrollo de la nación” (fracción V). Por otra parte, en su fracción VII, se
refiere a la autonomía universitaria, por la que las instituciones como nuestra
UNISON “tendrán la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas…” y
en cuanto a “las relaciones laborales,
tanto del personal académico como del administrativo, se normarán por el
apartado A del artículo 123 de esta Constitución en los términos y con las
modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo…”, con lo que saltan
a la vista dos situaciones: no se coarta el “derecho a la educación” porque
estamos en una universidad donde, en todo caso, el derecho de los estudiantes está
tutelado por el Reglamento Escolar y las medidas administrativas que las
autoridades universitarias se sirvan proveer para la recuperación de las
actividades del semestre; y dos, la huelga es legal y legítima y se apega a los
supuestos de la Ley Federal del Trabajo por lo que se espera que proceda el
acercamiento y negociación entre las partes para dar por concluido el conflicto.
Una conclusión adicional es que a los
estudiantes hay que hablarles con franqueza, sin chipileos que los achaparran y
puerilizan. Debemos entender que sólo la verdad es transformadora y que “darle
por su lado” al estudiante no es formarlo ni hacerlo crecer como persona. El
actuar de manera complaciente, con una condescendencia al borde de un coma
diabético es no sólo ridícula sino insultante porque falta al respeto que merece
un adulto joven sujeto a un proceso formativo del cual la institución es
responsable. En cambio, un planteamiento directo, bien fundamentado, no sólo construye
puentes de comunicación sino que educa, en un marco de respeto que a todos
honra. Es claro que “el maestro luchando también está enseñando”.
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