El Jubilado No. 83 ...en huelga.
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que sigue con gripe en
algún discreto lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Nuestra universidad es un campo de
batalla donde la inequidad se hermana con la discrecionalidad, el dispendio, la
mezquindad y el influyentismo cerrado y mamón de la quimiocracia encaramada en
el gobierno de una institución que no respetan, que no entienden y que, para colmo,
toman por patrimonio exclusivo; así, los objetivos sociales de la institución
se pierden en la pragmática del agandalle como sistema administrativo. Frente a
esto está el trabajador, bajo los reflectores de una sociedad cada vez menos
sensible aunque igualmente empobrecida.
Por otra parte, ¿cómo es posible que se modifique unilateralmente el EPA para después
convertir en objeto de negociación alguno que otro parche que disimule la
violación del Contrato?
¿Estamos dispuestos a maquillar las violaciones del
clausulado que debemos defender? ¿Qué tanto se debe ceder en la exigencia de
respeto a los derechos para no pasar por inmaduro, terco o intransigente?
¿Hasta dónde hay que aguantar para que nadie nos acuse del pecado de suspender
actividades, aunque se actúe conforme a derecho? A la mamada de decir que “en una huelga todos pierden” (Antonio
Ruiz, abogado de la Barra, no Hidalgo sino otra sebosa y maiceable por el
gobierno en turno), debemos oponer la
Ley del Trabajo y los acuerdos internacionales de México con la OIT, por
ejemplo. Nosotros decimos que en una
huelga todos ganan: gana el derecho de los trabajadores, gana el patrón porque
aprende a respetar a su contraparte, gana el sistema porque demuestra su
justicia, ganan los estudiantes porque reciben una institución mejor, más
humana, más objetivamente anclada en la realidad, más capaz de enseñar con el
ejemplo.
Por lo pronto, el sindicalismo
universitario ha logrado estatura frente a la administración, tanto
universitaria como estatal. Sus marchas, mítines y declaraciones han logrado
proyectar una imagen que resulta favorable en la óptica de las luchas
sindicales nacionales; lo que sigue, o debiera seguir, es la consistencia en los reclamos y la
resistencia que haga posible mayores avances. De otra manera el conflicto remitirá
hasta llegar a significar una derrota en términos reales aunque un logro dentro
de los parámetros que establece la lógica neoliberal. ¡Qué mello! La moneda
está en el aire y quizá a punto de caer.
Sólo puede ser águila o sello. Y usted ¿a qué apostó?
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