El Jubilado No. 83 ...en huelga.



Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que sigue con gripe en algún discreto lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
-----

 
La temperatura sube a niveles de torridez tropical, lo que nos lleva mentalmente a las soleadas playas donde vacaciona la burocracia dorada de la UNISON, tan dorada como la cúpula burocrática estatal y, por qué no, del Poder Judicial con pujos de iniciativa privada y remilgos de corte versallesca. El ambiente es cálido, lo que ayuda a disimular la gélida ausencia de empatía de los barones del presupuesto universitario, los que hacen el trasiego de plazas académicas y puestos por honorarios, de cuya abundancia dan cuenta las estrecheces presupuestales que se aplican a los simples académicos y empleados de a pie.

Nuestra universidad es un campo de batalla donde la inequidad se hermana con la discrecionalidad, el dispendio, la mezquindad y el influyentismo cerrado y mamón de la quimiocracia encaramada en el gobierno de una institución que no respetan, que no entienden y que, para colmo, toman por patrimonio exclusivo; así, los objetivos sociales de la institución se pierden en la pragmática del agandalle como sistema administrativo. Frente a esto está el trabajador, bajo los reflectores de una sociedad cada vez menos sensible aunque igualmente empobrecida.

El ambiente se carga con un creciente olor a cloaca, lanzando sus fetideces al viento sindical y estudiantil; la pestilencia marea, confunde y hace perder la proporción de las cosas a muchos de los miembros de la comunidad universitaria con poca experiencia en estos menesteres, porque el contraste entre la imagen ideal de la universidad como espacio aséptico y encapsulado en una burbuja choca con la realidad laboral, social y política de Sonora y sus instituciones: ¿Cómo va a ser posible que la propia administración manipule, mienta y disimule con el mayor descaro sobre el manejo de los recursos y sus verdaderas prioridades? ¿Dónde queda la confiabilidad de la autoridad representada por el Rector? La respuesta da una bonita e imperecedera lección de realidad al joven estudiante, al confiado profesor, al esperanzado investigador y al modesto y cumplido trabajador manual y administrativo.

Por otra parte, ¿cómo es posible que se modifique unilateralmente el EPA para después convertir en objeto de negociación alguno que otro parche que disimule la violación del Contrato?
¿Estamos dispuestos a maquillar las violaciones del clausulado que debemos defender? ¿Qué tanto se debe ceder en la exigencia de respeto a los derechos para no pasar por inmaduro, terco o intransigente? ¿Hasta dónde hay que aguantar para que nadie nos acuse del pecado de suspender actividades, aunque se actúe conforme a derecho? A la mamada de decir que “en una huelga todos pierden” (Antonio Ruiz, abogado de la Barra, no Hidalgo sino otra sebosa y maiceable por el gobierno en turno), debemos oponer la Ley del Trabajo y los acuerdos internacionales de México con la OIT, por ejemplo. Nosotros decimos que en una huelga todos ganan: gana el derecho de los trabajadores, gana el patrón porque aprende a respetar a su contraparte, gana el sistema porque demuestra su justicia, ganan los estudiantes porque reciben una institución mejor, más humana, más objetivamente anclada en la realidad, más capaz de enseñar con el ejemplo.

Pero, como decía el clásico, “cuídate de los idus de marzo” en estos días donde la temperatura sube mientras que la resistencia baja, habida cuenta la proximidad de la semana santa y la fugacidad de la quincena.

Por lo pronto, el sindicalismo universitario ha logrado estatura frente a la administración, tanto universitaria como estatal. Sus marchas, mítines y declaraciones han logrado proyectar una imagen que resulta favorable en la óptica de las luchas sindicales nacionales; lo que sigue, o debiera seguir,  es la consistencia en los reclamos y la resistencia que haga posible mayores avances. De otra manera el conflicto remitirá hasta llegar a significar una derrota en términos reales aunque un logro dentro de los parámetros que establece la lógica neoliberal. ¡Qué mello! La moneda está en el aire y quizá a punto de caer.  Sólo puede ser águila o sello. Y usted ¿a qué apostó?

-----ooo-----

    


Comentarios

Entradas populares de este blog

El Jubilado No. 86

El Jubilado No. 94

El Jubilado No. 91