El Jubilado No. 84 ...todavía en huelga.


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien en vías de librar los síntomas del resfriado, en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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 Las respuestas y precisiones de la mano que firma en la UNISON a las propuestas del STAUS bien merecen figurar en el catálogo de los capotazos toreros de una administración que se centra en los asuntos periféricos de los reclamos laborales del sindicalismo vacacional. Menudean las promesas de cumplir con tomar en cuenta la solicitud de la contraparte, canalizarla a las instancias correspondientes, dar trámite a esto, sellar de recibido lo otro, analizar aquello, y aceptar lo que sea menos. Desde luego que todo lo que aparente ser un “sí” deberá ser magnificado como logro de la negociación y prueba irrefutable de la madurez de las partes, y cualquier resistencia podrá ser tomada como parte de una conspiración contra Sonora y, de manera preponderante, de los estudiantes que quieren estudiar instalados en la comodidad de su aula, debidamente refrigerados bajo la mirada de un maestro que transmite en tiempo real y que luce mucho en la foto grupal del periódico del día, donde se dará la buena nueva de la vuelta a la normalidad en el Campus. La prensa tendrá sus primicias y las autoridades sus albricias.

La sombra de la huelga se diluye ante la luminosidad de los reflectores que visibilizan las promesas de acuerdos y arreglos, animados por el hecho de que nuestro sindicato hermano, el STEUS, ya tiene todo preparado para ir por el bronceador al lograr avances disuasivos que la asamblea aceptó en votación de 1120 a 148. El STAUS, por su parte, valora las promesas con ánimos de levantar de lo pedido lo encontrado aunque, como era de esperarse, ninguna de las solicitudes que incluyen beneficios a los jubilados fue tomada en cuenta, por lo que la playa, el campo y la comodidad de los OXXO parecen ser los destinos de moda, a partir de la asamblea que formalice el retiro de las banderas rojinegras. Fin de semana mágico, que convierte la lucha en un inmenso comercial de todo por $10.00, lo que incluye ofertas de “cambie su ley vieja por una nueva” .  


En estos días han menudeado las declaraciones e intervenciones en espacios de comunicación donde los opinólogos y comentócratas lucen su tenue barniz de credibilidad, sus galas académicas y su bien cultivada propensión al ridículo al hablar de la necesidad de una nueva “ley orgánica universitaria que evite las huelgas”. ¿Usted ha sabido de la existencia de un ordenamiento legal que pase por encima del derecho laboral? ¿Puede una ley orgánica cancelar derechos consagrados internacionalmente? ¿Ya se declaró obsoleta la letra y el espíritu del artículo 123 y de la fracción VII del artículo 3º de la Constitución nacional? ¿Pues de cuál fumaron?

Mejor argumento sería el de “democratizar a la institución” y hacer una reforma acorde a los nuevos tiempos de la Cuarta Transformación, lo que supondría transparencia, rendición de cuentas, austeridad, inclusión, equidad y democracia participativa; así como poner en lugar prioritario el impulso a proyectos de beneficio social y un modelo educativo centrado en el desarrollo local, regional y nacional, de suerte que la institución forme ciudadanos socialmente útiles, capaces de generar iniciativas transformadoras que incidan en una mejor calidad de vida para todos. Tal cosa va de la mano de la necesidad de abandonar el modelo eurocéntrico que nos tiene jodidos, acomplejados y dependientes, y reestructurar el modelo curricular y los programas académicos con la obvia y clara intención de rescatar nuestra identidad regional y nacional, a fin de hacer ciencia y difundir el conocimiento de acuerdo con el interés de nuestra sociedad. Sin un análisis claro y objetivo del quehacer universitario, de su deber ser y de una redefinición de estos no sería prudente impulsar una reforma a la ley orgánica. No debemos actuar por ocurrencias o por empujones de parte interesada.

Mientras el tiempo sigue su marcha y la expectativa de una semana de asueto siga rondando la cabeza de los habitantes del planeta UNISON, las grandes transformaciones universitarias deberán esperar tras una hielera, una toalla playera, botanitas industrializadas y, desde luego, la sensación de logro… o algo así, hasta que la realidad nos alcance.

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