El Jubilado No. 103


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que observa con curiosidad la actividad de los invertebrados, en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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En condiciones normales, una amenaza real o potencial hace que se desplieguen mecanismos de defensa y protección de distinta magnitud e intensidad. No es lo mismo que alguien nos amenace con un garrote que lo haga con una mentada de madre, un gesto adusto o una sonrisa siniestra e indescifrable. Reaccionamos distinto porque la posible agresión física no se mide en la misma forma que la emocional. Ambas nos pueden impresionar, pero una sí la podemos tomar en serio y temer por nuestra integridad mientras que la otra puede desencadenar tanto una mentada de madre como un bostezo.

¿Qué medidas podemos tomar ante una posible agresión que comprometa nuestra tranquilidad? ¿Es posible promover medios legales para poder nulificar el ataque? ¿Es conveniente llamar y mantener la atención de la comunidad en el problema que está en curso, visibilizándolo a todos los niveles posibles? ¿Debemos hacer ambas cosas? O, en cambio, ¿es mejor respuesta ceder a cualquier abuso en prevención de problemas mayores y no ofrecer resistencia? ¿Estaremos más protegidos si nos convertimos en cómplices de aquello que sabemos perverso e ilegal, antes que confrontarlo? ¿Es sabio y prudente rendir la plaza antes que luchar por ella cuando se ve la posibilidad real de sufrir una derrota? ¿La legalidad sólo se reclama cuando no representa ningún problema defender su vigencia? Como que se despliega ante nuestra vista el viejo problema de ser o no ser… y ahí está el dilema.

Por lo pronto, en la UNISON se tiene el problema de una relación inarmónica con el ISSSTESON, por razones imputables al propio gobierno y a su desmedida hambre de recursos que dilapidar en campañas políticas y jolgorios personales y familiares. Como se sabe, la caja chica del gobierno en turno de repente rebasa los límites de la rapiña y se hace evidente el daño patrimonial largamente cultivado y el desfondo pensionario que alguien deberá pagar en los tiempos y en la lógica del sistema: entra un gobierno que revisa cómo andan las cuentas y busca a quién cargarle los platos rotos, sin necesariamente tocar a sus antecesores con quienes lleva relaciones de total cordialidad por complicidades y coincidencias en lo ideológico y operativo que se fortalecen con lazos familiares llenos de glamour y boato.

La solución a la mano es la de ajustar a los trabajadores. Hacerlos pagar cuotas más altas mediante amenazas y presiones de diversa índole, calando hondo en la mentalidad de la víctima, nulificando resistencias y escrúpulos, dinamitando la autoestima, el decoro, la dignidad y las expectativas de cambio y progreso. De nada vale que haya ganado AMLO si aquí y ahora el único chicharrón que truena es el del prianismo organizado y sus comparsas que arrean hacia la ignominia a los afectados en plan de tullidos emocionales: ¿Para qué luchar si de todos modos nos van a vencer? ¿De qué sirve oponerse si podemos perder hasta la pensión? Queda claro que el pueblo mentalmente domesticado puede hacer la fortuna de un gobierno abusivo y gandalla. ¿A qué dictador no le gustaría tener esclavos que lamieran sus propias cadenas, o que buscaran la mejor forma de ponerlas en sus brazos y piernas?

Resulta inevitable dejar de mencionar el ejemplo de dignidad que nos da la CNTE. Su lucha ha sido cuesta arriba, en medio de una y mil carencias y vicisitudes, pero en ellos la congruencia y la dignidad se han hecho costumbre y seguramente vencerán. No se puede mirar de frente sin mantener la posición erguida, y muchas organizaciones, por desgracia, hace tiempo que caminan de rodillas sin apenas tener conciencia de que lo hacen.

Por último, le recordamos que una Ley no puede aplicarse retroactivamente en perjuicio de persona alguna y que cualquier modificación en los términos del actual contrato con ISSSTESON sólo puede ser admitido si beneficia a los trabajadores. En última instancia, cualquier cambio en el monto de las cuotas para las generaciones posteriores a 2005 deberá ser compensado con un incremento en el salario que evite que los cambios sean lesivos a los trabajadores, así como por un ajuste a la alza del subsidio universitario por parte del Estado.

Mientras no se cumpla, al menos, con las condiciones anteriores, será inadmisible cualquier cambio en el citado contrato con ISSSTESON por significar claramente un golpe a la economía familiar y un peligro para la salud y seguridad de los trabajadores. En consecuencia, seguimos diciendo NO a la firma del convenio modificatorio. Reclamamos el respeto a la ley, al CCT y a la NO RETROACTIVIDAD en la aplicación de las normas jurídicas. ¿Es utópico? Sí, y qué. Los trabajadores unidos jamás serán vencidos.

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