El Jubilado No. 93
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien con alergia a los pendejos,
en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
-----
Juegan con fuego y no de ese que sale
en los labios de los calenturientos, sino de aquél que la leyenda refiere como
el iniciador de tormentas sociales que alientan terremotos políticos; de
revueltas y asonadas sociales cuyo ingrediente principal es el encabronamiento
ciudadano, la desesperanza y el ultraje mil veces soportado hasta llegar a la
frontera del ¡Basta! Un pueblo ofendido tiene un límite, que es fácil de detectar
cuando el usualmente indolente y el huevón y acomodaticio salen a la calle y
marchan. Dime cuánta gente se moviliza y te diré qué tan cerca estamos del
precipicio social, de las respuestas sin dilaciones, de las evidencias claras y
distintas de que el horno social no está para empujones ni mamadas de abusones
y enanos mentales.
El pequeño y trivial perro Contreras
en uso de sus facultades de Maquiavelo de pacotilla y de bolsillo de la señora
gobernadora, quien gobierna por encargo de Don Beltrone y la santa mafia
pedorra del prianismo residual y prostibulario que aún nos aqueja, atiza golpes
de fácil devolución a la cara de los derechos humanos, sociales y laborales de
los trabajadores universitarios, independientemente de tener un rector anodino,
nachas guangas, proclive a ponerse en posición pa´servir al patrón de Palacio. Se
ceba en la timorata condición de la administración universitaria y rabia de
frustración al ver que, después de todo, existe sindicalismo que a pesar de las
apariencias aún puede generarle problemas al no estar tan dispuestos a servirle
de tapete.
No es posible estimar y respetar a un
rector que busca plegarse a los designios del gobierno en turno, que se limpia
con la autonomía, que no respeta a la comunidad que legalmente representa ni se
da a respetar por las instancias de autoridad ajenas a la universidad. En este
momento de crisis, la cara universitaria adquiere con fuerza y definición los
rasgos del sindicalista universitario. No podemos ni debemos fallar. Se acabó
el margen de la autocomplacencia y las tentaciones de corruptelas y
complicidades. O somos o no somos.
-----ooo-----
Comentarios
Publicar un comentario