El Jubilado No. 97


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que cuestiona, en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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 ¿Ya vio qué tan bonitas son las láminas que presenta el canino director del ISSSTESON en cada programa televisado o videograbado en que aparece, con toga y birrete, como juez de la UNISON y de sus mal portados trabajadores académicos, manuales y administrativos? ¿No es admirable que un ser de apariencia humana pueda sostener en público un discurso que ni siquiera se fundamentar cuantitativamente y menos en forma conceptual y legal? Nos congratulamos de ser testigos de un hecho insólito, donde las víctimas son juzgadas culpables por sus victimarios y los ladrones condenan a los honestos.

Los argumentos del perrito Contreras, sicario financiero y garrote designado por la gobernadora para tundir a los universitarios, son de una pasmosa linealidad. Veamos: sostiene que el ISSSTESON solamente “administra” los ahorros y que actúa como una “aseguradora” en la que el que ahorra poco obtiene poco y el que ahorra mucho, pues recibe mucho. Si los universitarios aportan el ocho por ciento y no el 27 por ciento entonces reciben lo correspondiente al ocho por ciento. Maravilla la ridícula simplicidad de su torpe y chata explicación sobre el porqué del recorte de las pensiones, basado en un criterio de la Suprema Corte cuyo objeto fue otro distinto al que ocupa la mente de la Junta Directiva y del propio porro de la gobernadora, que toma por buena la operación de multiplicar el sueldo por ocho y dividir en producto entre 27. Dos para dos son cuatro, se baja el cero y no toca. Lamentablemente las cosas no funcionan así.


En primer lugar, deja de lado convenientemente que las normas jurídicas no tienen efecto retroactivo, así que no tiene nada que ver el citado 27 por ciento por corresponder a una ley que entraría en pleno vigor sino hasta 2040, año en que los primeros jubilados conforme este ordenamiento empezaría a salir. En segundo lugar, pasa por alto que las relaciones entre la UNISON y el ISSSTESON se rigen por el Contrato de prestación de servicios vigente entre ambos organismos, cuestión que la misma SCJN ha reconocido. En tercer lugar, la Junta Directiva carece de facultades para aplicar este criterio en perjuicio de los derechohabientes universitarios, toda vez que el criterio de la Corte que invocan nada tiene que ver con la modificación de la base de la cotización, misma que está establecida en el Contrato y a la que deben sujetarse las partes contratantes. En cuarto lugar, el ISSSTESON es, por ley, un organismo público que proporciona seguridad social a los trabajadores y que otorga pensiones de acuerdo con el sistema de reparto solidario; es decir, no es una afore donde si ahorras más recibes más. Es evidente que el director no entiende ni se preocupa por entender la diferencia, como tampoco la entiende la señora gobernadora que decide golpear a la UNISON, evidentemente intoxicada por los aires contaminados del neoliberalismo de guarache.  

En el caso arriba señalado, la UNISON tiene razón y le asiste el derecho que emana del Contrato antes citado y, por tanto, es el ISSSTESON el que incumple sus obligaciones pactadas con la UNISON. Aquí es ineludible la pregunta ¿por qué la UNISON no demanda al ISSSTESON por incumplimiento de contrato, por daños y perjuicios y por ser un ente público culero y rajado?


¿Podrá la UNISON salvarse de la maldición de tener un rector frívolo, cooperador y sin nada que le cuelgue en la entrepierna? ¿Podrá defenderse el actual contrato y no dejar embarrada la honra institucional en un rollo de papel higiénico o, de plano, algún pañal desechable? ¿Podrá el sindicalismo remontar las pestilentes aguas de la jodidez oficial y oficiosa en esta coyuntura histórica que produce urticaria en los cueros más curtidos que alguna vez circularon o circulan en el Campus? Queda claro que la inacción es complicidad, la prudencia supone entreguismo y la tibieza corrupción mal disimulada. Defendamos a la UNISON, la casa de todos nosotros y esperanza del pueblo de Sonora.

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