Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien al borde de un ataque de
necios, en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del
STAUS.
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Estamos en plena temporada de ofertas
de aparatos de aire acondicionado y de membresías para algún club que vende al
mayoreo de todo y para todos; tiempos de cólera reprimida y de abusos caídos y por
caer sobre el ciudadano de a pie; faramallas administrativas y cortes
comerciales con sabor a náusea alienígena y alergias al polen y a las
condiciones del clima político que contribuyen a enturbiar las aguas de la
seguridad social y los costos de la vida en tiempos del prianismo que se niega
a morir.

“La jubilación, Sancho, es uno de los más preciados dones que
los dioses concedieron a los mortales, en tiempos en los que el trabajo era la
piedra angular del cambio social y base de la prosperidad de las naciones,
ahora venida a menos por obra y gracia de los saqueadores de los fondos
pensionarios y de las arcas públicas sin seguro actualizado, según las normas
de la moral pública y las buenas costumbres, dispuestas para el escrutinio de
la cleptomanía hecha gobierno.” Don Quijote cabalga por las arideces
judiciales, las estrecheces legislativas y los abusos ejecutivos de Sonora,
poniendo cara al clima y las circunstancias, mientras los sindicalistas
universitarios proponen que las cosas vuelvan al estado en que se encontraban
antes del primero de mayo (día del trabajo que el gobierno local celebra
apuñalando pensionados y jubilados en el altar de ISSSTESON, según el rito
pagano del neoliberalismo fondomonetarista y pavlovicheano), y que se realicen
negociaciones con la asistencia de los diputados con camisa de fuerza
constitucional y exhortos como vía de expresión de una existencia reducida a su
mínima expresión: pequeña mayoría que empolla el huevo de la frustración
legislativa y la semiparálisis de la representación popular.
Juego de máscaras fundido en
claroscuros más oscuros que claros en materia de la verdadera situación de los
fondos del Isssteson y su horizonte de proyecto: ¿privatización?, ¿quiebra
obligada por el imperativo de liquidar bienes y servicios públicos para
favorecer al mercado?, ¿mecanismo para dar marcha atrás en el Sonora prianista
a la lucha por el cambio emprendida por AMLO en el nivel nacional?, ¿operación
doméstica de la contrarrevolución funcional al dogma del Mercado sobre el Estado?
Lo cierto es que aquí se juega el futuro de al menos una generación de
trabajadores universitarios atrapados en el discurso de la legalidad
inconsecuente del manipulador y el falsario.

Se sabe que el
gobierno ha escamoteado el presupuesto destinado al sostenimiento de la
UNISON, que despliega una campaña de
descrédito en los medios, que busca afanosamente crear una crisis financiera y
una reducción en sus posibilidades de desarrollo; aquí la pregunta obligada es
si los universitarios van a ceder a la presión y caerán en el garlito de “los
abonos chiquitos para pagar poquito” que ofrece Elektra, digo, ISSSTESON y la propia
administración del Alma Mater, representada por un rector que declara estar de
acuerdo en pagar más y apegarse a lo que dice la ley de Bours, en peligrosa aceptación
de lo que exige el perruno sujeto que regentea el ISSSTESON por encargo de la
gobernadora. ¿Lograrán convencer a los “búhos” de anteayer y de ayer? ¿Los profes
de las nuevas generaciones tendrán idea de las diferencias entre el marco legal
anterior y el que se nos presenta con la reforma de Bours? ¿seremos capaces de
impulsar o apoyar una reforma a la ley que nos favorezca y al mismo tiempo
garantice la viabilidad operativa del ISSSTESON? ¿Seremos capaces de defender
nuestro derecho y, en el momento apropiado, accionar en vez de reaccionar?
¿Dejaremos de ser víctimas pasivas del gobierno y tendremos capacidad de
iniciativa y de acción política?

Sueños guajiros que
resaltan el maquillaje que lucen los redentores de guarache en el campus
universitario: “dejémonos de romanticismos sindicalistas y paguemos ya lo que
exige ISSSTESON”, “yo me quiero jubilar y quiero que me arreglen de ya la
situación, así que si hay que firmar ese convenio pues a firmarlo sin seguir
haciéndola de tos”, “ya firmen ese jodido convenio, ya firmen cabrones”. Cuando
la lumbre llega a los aparejos de los activistas progresistas y revolucionarios que terminaron siendo funcionarios (y que regresaron a su
base con canas, flatulencias y otros aires de grandeza y distinción “académica”),
chillan como mujercitas decimonónicas y en coro coinciden con el rector: “hay
que actualizar el convenio, como lo señala el señor director del ISSSTESON”. Queda
claro que las ratas son las primeras en abandonar el barco… aunque hay capitanes
que les ganan en apuro.
Seguimos diciendo NO a la firma del convenio en tanto las condiciones no
favorezcan a los trabajadores. Pensamos, asimismo, que la universidad debe
reportar la totalidad de los ingresos de los trabajadores y sostener el
porcentaje de cotización establecido en el actual contrato. En este caso,
deberá la administración gestionar los recursos financieros necesarios para cubrir
los pagos requeridos y compensar los cargos sobre el sueldo de los trabajadores,
lo cual supone un incremento al subsidio y una nivelación salarial. ¿Se podrá? ¿Queremos y podemos
hacerlo posible?
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