El Jubilado No. 105


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que observa mientras toma café, en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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¡Albricias!, ya estamos en junio, mes de cierres de capítulo y de encendida de minisplits y otros aparatos cuya finalidad es soplar vientos frescos y facturas eléctricas altas. Los aires se calientan en el soleado Hermosillo cuando se cumplen 10 años de la tragedia de la Guardería ABC, ahora referente de cómo funciona la impunidad en un sistema corrupto hasta los huesos. Tras éste y otros eventos cuyo común denominador es la desfachatez del gobierno, que lo mismo solapa incendiarios que criminales ambientales y gandallas inmobiliarios, quedamos convencidos de que la firma del convenio modificatorio ISSSTESON-UNISON es pecata minuta. Tan sólo un entretenido jaloneo donde la política corrupta venció al derecho y la legalidad. El gobierno roba, simula, distrae, mete ruido, amenaza, paniquea a sus víctimas y, como por arte de magia, encuentra una forma fácil de seguir robando a nombre de la legalidad y con el apoyo de muchos. Al final, como usted lo sabe, gana el gobierno y una vez más pierde la sociedad.

Para las mentalidades dominadas por el pragmatismo de pasillo y cubículo, de cochupo y acarreo, las cosas finalmente se resolvieron “como debían resolverse” por el bien de los membretes que cuelgan del papel oficial y los edificios de oficinas y de las clientelas anhelantes en pos de una sonrisa y un eventual guiño de ojos. Nosotros seguimos pensando que debió darse la batalla legal y política y, en todo caso, negociar mejores condiciones en la reforma al contrato de prestación de servicios. Usted recordará que planteamos el respeto a los términos del contrato original (marzo de 1990) y que la UNISON debió reportar el total de los ingresos de los trabajadores, es decir la nómina real, cumpliendo con lo que era su obligación legal. En simples y llanas palabras, que se reportara la nómina tal cual y que los descuentos fueran los señalados en el contrato: 6% los trabajadores y 20% a cargo de la UNISON. Lo que tenemos ahora es un monstruo recaudatorio donde el trabajador deberá aflojar 17.5% de su salario integral.

Usted dirá “pero la ley dice que debemos pagarlo”, pero nosotros le recordamos que las leyes no se aplican retroactivamente. Fíjese bien: la ley 38 reformada entró en vigor en 2005, por lo que los primeros trabajadores hombres saldrán jubilados en 2040, ya que se aumenta el tiempo de cotización en 35 años, y las mujeres en 2038, porque se les aumentó a 33 años. Así las cosas, ¿por qué se le va a aumentar la cuota “gradualmente” hasta llegar al 27% en 2022, si usted entró a laborar antes de que la reforma a la ley 38 se diera y estuviera vigente? ¿No le parece que, en todo caso, los ajustes deben ser aplicados a los trabajadores que ingresaron de 2005 en adelante? ¿Ya se dio cuenta? Sin embargo, muchos universitarios se tragaron el cuento de que “debían pagar más” a pesar de que legalmente no estaba obligados y que, si se tomaran la molestia de enterarse, los mismos acuerdos recientemente firmados reconocen su derecho y los dejan a salvo de este gravamen ilegal. La coyuntura de negociar un convenio modificatorio pertinente y, sobre todo, legal se perdió. Ahora sólo quedan los medios de reclamación que usted, como parte interesada, se proponga impulsar. Recuerde: pacta sunt servanda (los acuerdos se respetan) y que las leyes no pueden aplicarse retroactivamente en perjuicio de persona alguna (artículo 14 constitucional).

Resuenan en nuestros órganos auditivos (oídos, pues) las palabras combativas y democráticas, progresistas e incluso revolucionarias de dos compañeros de la dirigencia: “Tenemos la razón y estamos en la legalidad, pero el gobierno no respeta la legalidad y entonces, mejor no lo enfrentamos porque podemos salir peor” y la más impresionante: “Compañeros, no podemos enfrentar al gobierno porque no tenemos la fuerza”. ¡Ah chingao!, ¿no tenemos la fuerza? ¿Y la megamarcha STAUS-STEUS que recorrió las calles de Hermosillo hasta el Congreso del Estado que reunió a 5 mil trabajadores, o poco menos, para luego disolverse dejando con cara de “what” a propios y extraños? Si la celebrada marcha no fue una muestra de fuerza, ¿entonces qué fue?

Rebota en nuestro par de órganos visuales (ojos, pues) la foto donde se celebra la firma del nuevo convenio con ISSSTESON. ¿Ya se fijó que fue de volada, y que a escasas horas de que los sindicatos muy democráticamente rindieron la plaza ante la amenaza del ISSSTESON ya había papelería impresa con los dos logotipos, estaba lista la gobernadora y que los personajes titulares de la UNISON y el ISSSTESON, respectivamente, iban bañados, maquillados y vestidos para la ocasión? ¿No le parece que fue algo así como la “crónica de una muerte anunciada”, pero sin García Márquez? Sí, tiene usted razón, estamos en un mundo al revés.

Por lo pronto, y para documentar el optimismo, responda este pequeño cuestionario:
¿Le resuelve parte de sus gastos la prima de antigüedad? La progresiva desaparición de esta ¿le va a perjudicar? El aumento de los años de cotización ¿le parecen buena idea? ¿ya mentalizó cuánto tiempo va a invertir en un posible aumento en la pensión y cuánto en realidad deberá pagar de más? ¿Le tiene sin cuidado que le apliquen retroactivamente una norma legal? ¿Ya prendió el minisplit? ¿Le debe a Coppel? Y por último; ¿va a salir de la ciudad por vacaciones?

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