El Jubilado No. 105
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que observa mientras toma
café, en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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¡Albricias!, ya estamos en junio, mes
de cierres de capítulo y de encendida de minisplits y otros aparatos cuya
finalidad es soplar vientos frescos y facturas eléctricas altas. Los aires se
calientan en el soleado Hermosillo cuando se cumplen 10 años de la tragedia de
la Guardería ABC, ahora referente de cómo funciona la impunidad en un sistema
corrupto hasta los huesos. Tras éste y otros eventos cuyo común denominador es
la desfachatez del gobierno, que lo mismo solapa incendiarios que criminales
ambientales y gandallas inmobiliarios, quedamos convencidos de que la firma del
convenio modificatorio ISSSTESON-UNISON es pecata minuta. Tan sólo un entretenido
jaloneo donde la política corrupta venció al derecho y la legalidad. El
gobierno roba, simula, distrae, mete ruido, amenaza, paniquea a sus víctimas y,
como por arte de magia, encuentra una forma fácil de seguir robando a nombre de
la legalidad y con el apoyo de muchos. Al final, como usted lo sabe, gana el
gobierno y una vez más pierde la sociedad.
Usted dirá “pero la ley dice que debemos
pagarlo”, pero nosotros le recordamos que las leyes no se aplican retroactivamente.
Fíjese bien: la ley 38 reformada entró en vigor en 2005, por lo que los
primeros trabajadores hombres saldrán jubilados en 2040, ya que se aumenta el
tiempo de cotización en 35 años, y las mujeres en 2038, porque se les aumentó a
33 años. Así las cosas, ¿por qué se le va a aumentar la cuota “gradualmente”
hasta llegar al 27% en 2022, si usted entró a laborar antes de que la reforma a
la ley 38 se diera y estuviera vigente? ¿No le parece que, en todo caso, los
ajustes deben ser aplicados a los trabajadores que ingresaron de 2005 en
adelante? ¿Ya se dio cuenta? Sin embargo, muchos universitarios se tragaron el
cuento de que “debían pagar más” a pesar de que legalmente no estaba obligados
y que, si se tomaran la molestia de enterarse, los mismos acuerdos recientemente
firmados reconocen su derecho y los dejan a salvo de este gravamen ilegal. La
coyuntura de negociar un convenio modificatorio pertinente y, sobre todo, legal
se perdió. Ahora sólo quedan los medios de reclamación que usted, como parte
interesada, se proponga impulsar. Recuerde: pacta sunt servanda (los
acuerdos se respetan) y que las leyes no pueden aplicarse retroactivamente en
perjuicio de persona alguna (artículo 14 constitucional).
Resuenan en nuestros órganos
auditivos (oídos, pues) las palabras combativas y democráticas, progresistas e
incluso revolucionarias de dos compañeros de la dirigencia: “Tenemos la
razón y estamos en la legalidad, pero el gobierno no respeta la legalidad y
entonces, mejor no lo enfrentamos porque podemos salir peor” y la más
impresionante: “Compañeros, no podemos enfrentar al gobierno porque no tenemos
la fuerza”. ¡Ah chingao!, ¿no tenemos la fuerza? ¿Y la megamarcha STAUS-STEUS que
recorrió las calles de Hermosillo hasta el Congreso del Estado que reunió a 5
mil trabajadores, o poco menos, para luego disolverse dejando con cara de “what”
a propios y extraños? Si la celebrada marcha no fue una muestra de fuerza, ¿entonces
qué fue?
Por lo pronto, y para documentar el optimismo,
responda este pequeño cuestionario:
¿Le resuelve parte de sus gastos la
prima de antigüedad? La progresiva desaparición de esta ¿le va a perjudicar? El
aumento de los años de cotización ¿le parecen buena idea? ¿ya mentalizó cuánto tiempo
va a invertir en un posible aumento en la pensión y cuánto en realidad deberá
pagar de más? ¿Le tiene sin cuidado que le apliquen retroactivamente una norma
legal? ¿Ya prendió el minisplit? ¿Le debe a Coppel? Y por último; ¿va a salir
de la ciudad por vacaciones?
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