El Jubilado No. 111


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que espera y celebra en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Tremenda respuesta de la administración universitaria en escrito firmado por el rector (Oficio No. R/384/2019 de fecha 07 de agosto), a la muy respetuosa solicitud hecha por el compañero Secretario General del STAUS, en el sentido de gestionar un incremento al salario del 2 por ciento, más otro 4 por ciento para vivienda, para resolver el impacto del aumento en los costos de la seguridad social de los académicos, lo que significa simple y llanamente una reducción en sus ingresos quincenales. Contestaron que NO, porque estamos en un contexto donde se aplican las políticas federales, además de que la institución aporta el 4 del 5.5 por ciento que le corresponde cubrir por concepto de servicio médico al ISSSTESON, “por lo que la universidad no cuenta con recursos para otorgar la prestación de vivienda en los términos solicitados”; sin embargo, “la institución reitera su compromiso de gestión”.

Desde luego que deseamos que las rogativas a San Judas Tadeo surtan los efectos deseados y que la gestión administrativa lleve el gozo y la tranquilidad a los alicaídos bolsillos de los trabajadores universitarios. Usted sabe que en estos tiempos es importante conservar la fe.

En otro asunto, para el viernes 16 se anuncian heladas en un sector de Hermosillo, concretamente en el salón La Cascada, ya que el sindicato nos regala con un festejo inopinado en estas fechas, como lo es la celebración del día del maestro fechado tres meses después. No hay duda de que la innovación onomástica contribuye a limar asperezas y sobar lomos tras el impacto programado en los ingresos de los académicos. Tras el golpe económico sin forma de ser resarcido por razones de la ya sabida política salarial federal se ofrece música, maroma y teatro. ¿Qué más se puede pedir a la vida tras remontar las razones de austeridad?

Por cierto, el festejo será un día después de la reunión extraordinaria del CGD con los puntos de integrar la comisión electoral para la próxima elección del Comité Ejecutivo, así como para que digan “sí, protesto” los delegados y subdelegados electos. Simple proximidad temporal que alienta la certidumbre de que la democracia sindical vive sus mejores tiempos.

El cada vez más amplio equipo que hace posible El Jubilado espera, desde luego, que las futuras negociaciones con las autoridades de dentro y de fuera tengan por horizonte cuando menos el cumplimiento del Estatuto sindical y el Contrato Colectivo de Trabajo. Usted estará de acuerdo en que se han dejado en el camino algunas cosas importantes, como reivindicar el derecho de los jubilados a tener una despensa que se incremente cada revisión, y no una que sirve para sospechar que las autoridades convierten en rehén a la organización al condicionarla e imponer su mezquindad.  

El hecho de aceptar un aumento en Material Didáctico y dejar desprotegido el concepto de Despensa habla de una exclusión difícilmente explicable, salvo que la organización “no tenga la fuerza” como para buscar el beneficio del todo, y la gestión se limite a una parte de los agremiados del STAUS, como acaba de ocurrir. Otro asunto pendiente es el de excluir a los jubilados de los beneficios del Fondo Mutualista, al que contribuyeron durante buena parte de su vida laboral. ¿Por qué adoptar el mismo criterio plano y ridículamente neoliberal de la administración universitaria, que busca salirse con la suya en cada revisión y que, en general, lo logra? Tiempo de cambiar.

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