El Jubilado No. 112


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien con cara de What? en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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 Como usted sabe, tras el magno evento de La Cascada, tuvimos el foro sobre la reforma universitaria convocado por connotados miembros de la dirigencia sindical pero con las siglas de MARU. Este último evento se celebra tras haberse electo (democráticamente, desde luego) la Comisión Electoral que tendrá que lidiar con la votación para la renovación del Comité Ejecutivo. Algunos malpensados que seguramente quieren “jalar agua para su molino” dirán que “qué casualidad” y lo relacionarán con una campaña electoral anticipada aprovechando el regreso a clases donde lo que abunda son estudiantes deseosos de llenar auditorios.

Nosotros pensamos que lo anterior carece de fundamento, toda vez que la actual dirigencia sabe lo bien posicionada que está avalada por logros tan significativos como haber alcanzado, en las revisiones salariales y contractuales recientes, el jugoso porcentaje establecido en los topes salariales, además de interesantes promesas de diálogo por parte de la administración en lo relativo a las modificaciones unilaterales del EPA, sin olvidar que se ha resistido estoicamente cualquier negativa de las autoridades a reclamos y solicitudes que han estimado infundadas o que, de plano, “no hay recursos” para satisfacerlas.

No podemos olvidar que fue un logro para la austeridad de los jubilados actuales y futuros  aceptar la decisión de la administración de no aumentar la despensa y otorgar un incremento a “material didáctico” con efecto placebo, así como la buena disposición de ver como un logro social y legal la pérdida salarial por las nuevas cuotas al ISSSTESON, asunto que se resolvió mediante atenta solicitud de un incremento del 2% salarial y el 4% para vivienda, tras haber impulsado y logrado la firma del nuevo convenio. Usted recordará que la administración respondió con un NO porque ya está haciendo lo suyo en materia de gestión y aportaciones. Sabemos que la administración sufre por falta de recursos… ¿para qué aumentar su agonía?

Por otro lado, es importante reconocer la preocupación de la dirigencia en el “tema” de la ya casi treintañera ley orgánica actual, para el que no habían tenido ni el espacio ni tiempo por tantas gestiones que hacer. La cuestión se pudo retomar hasta ahora, en vísperas de que se lance la convocatoria para el registro de planillas para el cambio de integrantes del Comité Ejecutivo toda vez que ya fueron nombrados los nuevos delegados. Nos unimos al entusiasmo colectivo y aplaudimos las buenas intenciones de algunos compañeros de seguir sacrificando su tiempo y figura por las mejores causas sindicales (se alcanza a escuchar in crescendo una batucada y consignas combativas por la continuidad de los esfuerzos).

Al respecto, surgen algunas preguntas: ¿es necesario cambiar la Ley Orgánica porque data de 1991 y “muchas cosas han cambiado”, o porque es una ley autoritaria, burocrática y antidemocrática? ¿Se acaba de descubrir que es esto último o ya se sabía pero hasta ahora llegó el momento para hacer campaña desde el STAUS? ¿Los compañeros que en un momento dado fueron autoridad bajo los supuestos de la ley vigente ahora son capaces de ver sus defectos? ¿En su momento, se subieron al carro del autoritarismo y la antidemocracia para ver qué se sentía ser autoridad, o por vocación de servicio “haiga sido como haiga sido” (Calderón dixit)? ¿Era necesario esperar a que llegara un gobierno distinto al PRIAN para sacar la cabeza y manifestarse? ¿La honestidad y la combatividad dependen de la ocasión? Cada uno tiene la respuesta… Lo cierto es que en estos 28 años lo que vimos fueron acomodos, concesiones, alianzas y clientelismos. Pero bueno, después de todo para los cambios nunca es tarde…

Ahora, en cuanto a nuestra vida cotidiana universitaria: si se viola el Contrato al modificar unilateralmente el EPA, ¿no ha sido razón suficiente y necesaria para estallar y sostener una huelga hasta obtener como respuesta el respeto a las condiciones legalmente pactadas? ¿Para defender nuestros derechos contractuales y sociales no ha habido fuerza pero sí para impulsar la firma de un nuevo convenio con ISSSTESON?

Pero basta, dejemos de preguntar a Perogrullo. Tenemos mucho que celebrar y son grandes los logros y las conquistas alcanzadas. Dejemos el pesimismo para los pesimistas, esos que insisten en ver lo que hay detrás de las apariencias. Sigamos gozando de la tersa calma de la inercia. Si el carro se mueve, ¿qué importa el destino?


Cerramos este número de El Jubilado con un saludo fraternal a nuestros compañeros Eduardo Cázares y Francisco Pintor, quienes pasan por problemas de salud que nos preocupan. Un abrazo solidario y nuestros mejores deseos para ellos y sus familias.
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