El Jubilado No. 115
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que observa la acción de
la gravedad mientras toma café, en algún discreto y periférico lugar de la aún Delegación de
Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Bueno…, sabemos por experiencias
históricas y detallados estudios científicos que la naturaleza humana es
frágil, voluble y maleable. Es decir, que resulta fácil caer en la tentación de
descalificar, grillar, difamar y agredir a quien se suponga enemigo o al menos
contrario a lo que pensamos o decimos. Además de eso, capaces de suprimir de
plano nuestra capacidad de autocrítica; es decir, podemos estar embarrados
hasta las orejas y aparentar no darnos cuenta, considerando cualquier
señalamiento como una agresión injusta y culera.
Se puede estar tan enamorado de sí
mismo que la frustración llega de inmediato cuando alguien se niega a darnos
por el lado, apoyar ocurrencias y festejar acciones. Ser el domador del circo
en que convertimos nuestra vida es una aspiración vital, en el caso de que los
demás sean considerados algo parecido a bestias por domesticar. La bronca se da
cuando nos enteramos que tratamos a seres humanos, racionales, inteligentes,
con memoria y personalidad propia. Por supuesto que también se puede ignorar y
despreciar cualquier voz contraria a nuestro mundo de juguete.
A muchos les consta que el “tema” de
los jubilados y pensionados ha resultado en ocasiones molesto para la
dirigencia, de suerte que los representantes sindicales han optado por alegar
que algunas de nuestras demandas no pueden ser atendidas en la mesa de las
negociaciones justamente porque somos jubilados. Se nos ha dicho que una
cosa es lo que dice el Estatuto y otra la realidad que se construye entre los
negociadores y la administración universitaria. ¿Padecemos como sindicato
del síndrome de la Chimoltrufia? ¿Para unas cosas sí somos miembros y para
otras simples mirones? ¿Los derechos de los trabajadores retirados se pueden
condicionar bajo el supuesto de la exclusión y la marginación como norma dictada
por la autoridad administrativa?
Actualmente tenemos participación en
el Consejo General de Delegados, la Comisión Electoral, el Comité de huelga y varias
comisiones no estatutarias. Como integrantes de una delegación sindical tenemos
derecho a voto en la elección de nuestros dirigentes sindicales; sin embargo,
en muchas situaciones se percibe un trato parecido al que se le da a la basura
cuando se deposita en bolsas para el camión recolector: la atendemos pero
porque estorba.
Consideramos que los pensionados y
jubilados universitarios merecemos un trato respetuoso y justo, donde la
equidad y la solidaridad no sólo sean promesas de campaña. Nuestra experiencia
de varios años nos dice que nuestros asuntos están lejos de ser una prioridad
en las negociaciones con las autoridades. Tan así es que cuando la
administración dice que NO, el convenio que termina con el conflicto de huelga
está determinado por lo que digan de rectoría. Por ejemplo, la administración
decidió no aumentar la despensa en la pasada revisión, y colorín colorado.
Creemos que debe replantearse la
actitud y la política interna del sindicato, y recuperar el espíritu de la
reforma del Estatuto que creó la delegación a la que pertenecemos. NO se pide
nada más que respeto y congruencia.
NO estaría mal que nosotros los
jubilados decidiéramos optar por el cambio, porque hemos visto pasar mucha agua
bajo el puente de la UNISON y el propio sindicato y sabemos que no todo lo que
brilla es oro. ¡A otra cosa, mariposa!
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