El Jubilado No. 116


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que se aburre en algún discreto lugar en la periferia de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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¡Vaaálgame Dios! Nuestro glorioso sindicato se encuentra en período de campaña para renovar el Comité Ejecutivo y lo que se ve es una mala réplica de las viejas campañas del PRI-aplanadora y la oposición haciendo malabares de estoicismo. No podemos dejar de comentar que eso de “renovar” es un eufemismo. Desde luego que el sagaz lector ya tiene ubicados a los personajes en el contexto universitario: la Dorada-Azul en su papel de aplanadora y el resto haciendo malabares de estoica resistencia.

Pero siguiendo con el viejo modelo político nacional, por un lado tenemos el partido de siempre, el que se ha forrado de recursos y controla la dirección sindical, con capacidad para colocar estratégicamente a sus acólitos en el órgano electoral que, desde luego dirán lo conveniente cuando llegue la hora. Por el otro, una oposición que reclama transparencia y equidad en el proceso y pugna por lograr cambios democráticos y acciones que beneficien a todos, lo que implica “sacar al PRI de Los Pinos”.

Lo hasta hoy visto permite suponer que el sindicalismo se encuentra en una etapa crítica de definición: queremos el cambio o nos resistimos a él. Estando así las cosas, ¿se ha incubado en la organización un estilo de hacer política parecido al del viejo PRI, toda proporción guardada? ¿Tenemos en nuestras filas a compañeros que asumen un rol caciquil que, quizá, sienten como un deber sagrado para con su propia imagen y la marcha del sindicalismo? ¿Convivimos con Fidelitos Velázquez, Panchitos Hernández Juárez y Carlitos Romero Deschamps, capaces de encabezar manifestaciones, mítines, marchas, lanzar amenazas a autoridades como las del ISSSTESON para en los hechos replegarse y empujar en la dirección de los acuerdos y convenios?

¿Ya llegamos a situaciones de liderazgos perpetuos donde alguien es considerado insustituible, imprescindible y único? ¿Ya tenemos instalados mecanismos de corrupción que no necesariamente implicarían dinero sino manipulación, desinformación, opacidad y lo que parece una absurda cesión de derechos en momentos críticos de las negociaciones con la administración? A usted le consta que nos quedamos con el “no hay” de la administración, al igual que con el “no es competencia de la administración”, o el “se analizará la propuesta”. En cada revisión salimos con una bolsa grande de promesas, expectativas y buenas explicaciones en Power Point, ruedas de prensa, boletines y comunicados, pero de lo reclamado casi nada. Mucho ruido y pocas nueces.

Quizá usted esté cómodo con la situación, pero muchos no lo estamos. Algunos pensamos que más allá de relaciones personales, afectos, vecindades, compromisos o compadrazgos, está la verdad y el avance colectivo de activos, jubilados y pensionados. Dime qué beneficios colectivos consigues, con dignidad, respeto y transparencia y te diré qué clase de dirigente sindical eres.

Estamos conscientes que para algunos resulta penoso bajarse del ladrillo, pero la democracia no la construyen las individualidades sino la colectividad en acción.

Nos gustaría ver reproducido en el seno del sindicato lo que ocurrió en la elección presidencial, donde el pueblo venció al sistema y sacó al PRIAN de Los Pinos. Sería tanto como ver a la oposición vencer a la Planilla Dorada-Azul y para eso, como en la elección presidencial, se necesita la voluntad de cambio de la mayoría. Recuerde que más de lo mismo genera a la larga un hartazgo capaz de vencer cualquier obstáculo. Esperemos tiempos mejores…

P.D.: Ya ve usted que el PRI y otros se “reinventan”, siendo que la peste a cadáver ahuyenta cualquier posibilidad de engaño. Las aguas estancadas en el STAUS ya despiden mal olor.


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