El Jubilado No. 125
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que observa, café en mano,
en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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Celebramos la apertura de un nuevo capítulo de
la tragicomedia sindical universitaria con los mejores ánimos, tras haber
superado la cursilería amelcochada de los primeros días en los que todo mundo
se siente obligado a aparentar cordialidad, mala memoria y resistencia a los
gérmenes patógenos que proporciona generosamente el contacto obligado del
abrazo, arrumacos y apapachos propios del inicio del nuevo año. Libres ya de
todo gravamen emocional socialmente correcto, comenzamos.
Queda claro que la lucha legal debe
darse y ya lo estamos haciendo, al igual que lo hicimos respecto a la nivelación
pensionaria y al descuento por concepto de servicios médicos, ya pagados, que
viciosamente el Instituto sigue aplicando contra toda lógica legal, salvo que
de lo que se trate sea de esquilmar al borrego pasivo y complaciente en que se
ha convertido el jubilado bien portado y políticamente correcto, típico del
sindicalismo charro y por charrificar.
Los jubilados de la sección 54 del
SNTE ya nos demostraron que están hechos de una pasta distinta a la de sus dirigentes,
quienes trataron de sabotear la justa protesta que se llevó a cabo el viernes
17 pasado. Con este
primer paso (el año apenas empieza) lleno de dignidad nos ponen el ejemplo que
debemos seguir por el camino de la legítima defensa de nuestros intereses y derechos
como trabajadores retirados y amparados por la propia Ley 38 del ISSSTESON:
debemos avanzar con el apoyo de la dirigencia, sin el apoyo de la dirigencia o
con la oposición de la dirigencia. Y lo habremos de hacer.
Nos llama la atención de que ahora se
nos ofrezca el apoyo legal del abogado pagado por el STAUS. Interesante
cuestión que nos pone a pensar en las luchas que hemos emprendido sin tener
ninguna respuesta parecida. Los jubilados y pensionados nos las hemos arreglado
solos, incluso resistiendo críticas y descalificaciones cuando no saboteos y
vacío a nuestras acciones y propuestas. Nos hemos acostumbrado al “fuego amigo”
y a confiar sólo en nuestras propias capacidades.
Al respecto, queda claro que cada
uno tiene el pleno derecho de decidir si sigue con el abogado que en los otros casos
lo había representado o si acepta la inesperada ayuda que ofrece la dirección
sindical.
Nosotros seguimos con el despacho de
abogados de Carlos Hadad y Karla Quijada, que como usted sabe está en la
esquina de Juárez y Gastón Madrid, planta alta. Gente decente y profesional que
nos ha dedicado tiempo y cerebro, lo que ilustra el valor de la confianza y la
lealtad.
El consejo que se nos dio fue muy
claro y evidente: a la acción legal hay que apoyarla con la acción política,
donde entran en juego la visibilización del problema y la presión social para
que el gobierno reconsidere y acepte que tenemos la razón legal, y se actúe en
consecuencia.
No estaría mal organizar una marcha y
plantarse con cámaras y micrófonos frente a la Casa de Gobierno. Es claro que
se podría abrir el camino para la solución del problema porque se convertiría
en un asunto prioritario en términos de imagen. Ya ve usted que los políticos (o
caricaturas de ellos) buscan el reflector y dar la mejor imagen a sus
electores.
Consideramos que estos momentos
exigen tener buena memoria, confianza en lo que podemos hacer y lograr y, sobre
todo, unidad de acción con otros jubilados y pensionados en las mismas
condiciones. La unión hace la fuerza y este es un buen momento para
organizarnos en un frente de jubilados y pensionados del ISSSTESON por la
defensa de nuestros derechos, empezando por una pensión justa y servicios de
salud oportunos y eficientes. Ni un paso atrás.
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