El Jubilado No. 125


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que observa, café en mano, en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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 Celebramos la apertura de un nuevo capítulo de la tragicomedia sindical universitaria con los mejores ánimos, tras haber superado la cursilería amelcochada de los primeros días en los que todo mundo se siente obligado a aparentar cordialidad, mala memoria y resistencia a los gérmenes patógenos que proporciona generosamente el contacto obligado del abrazo, arrumacos y apapachos propios del inicio del nuevo año. Libres ya de todo gravamen emocional socialmente correcto, comenzamos.

El nuevo año pinta prometedor de nuevos impulsos en la lucha por la seguridad social, toda vez que los jubilados tendrán un motivo fundamental para la acción política y legal: se corre el peligro de que una vez más, el ISSSTESON y el gobierno priista de la Pavlovich nos pinte un soberano violín en mera jeta (sin agra) al ignorar que los aumentos a la pensión deben ser iguales a los del salario mínimo general; es decir, que ahora nos deben aumentar un 20 por ciento y no el tradicional 4 por ciento con que se nos ha estado robando desde el llamativo aumento del año pasado, que fue del 16 por ciento.

Queda claro que la lucha legal debe darse y ya lo estamos haciendo, al igual que lo hicimos respecto a la nivelación pensionaria y al descuento por concepto de servicios médicos, ya pagados, que viciosamente el Instituto sigue aplicando contra toda lógica legal, salvo que de lo que se trate sea de esquilmar al borrego pasivo y complaciente en que se ha convertido el jubilado bien portado y políticamente correcto, típico del sindicalismo charro y por charrificar.

Los jubilados de la sección 54 del SNTE ya nos demostraron que están hechos de una pasta distinta a la de sus dirigentes, quienes trataron de sabotear la justa protesta que se llevó a cabo el viernes 17 pasado. Con este primer paso (el año apenas empieza) lleno de dignidad nos ponen el ejemplo que debemos seguir por el camino de la legítima defensa de nuestros intereses y derechos como trabajadores retirados y amparados por la propia Ley 38 del ISSSTESON: debemos avanzar con el apoyo de la dirigencia, sin el apoyo de la dirigencia o con la oposición de la dirigencia. Y lo habremos de hacer.

Nos llama la atención de que ahora se nos ofrezca el apoyo legal del abogado pagado por el STAUS. Interesante cuestión que nos pone a pensar en las luchas que hemos emprendido sin tener ninguna respuesta parecida. Los jubilados y pensionados nos las hemos arreglado solos, incluso resistiendo críticas y descalificaciones cuando no saboteos y vacío a nuestras acciones y propuestas. Nos hemos acostumbrado al “fuego amigo” y a confiar sólo en nuestras propias capacidades.

Al respecto, queda claro que cada uno tiene el pleno derecho de decidir si sigue con el abogado que en los otros casos lo había representado o si acepta la inesperada ayuda que ofrece la dirección sindical.

Nosotros seguimos con el despacho de abogados de Carlos Hadad y Karla Quijada, que como usted sabe está en la esquina de Juárez y Gastón Madrid, planta alta. Gente decente y profesional que nos ha dedicado tiempo y cerebro, lo que ilustra el valor de la confianza y la lealtad.

Tras la explicación del abogado arriba referido, en la reunión del pasado lunes 20 en la Biblioteca Central universitaria, nos queda claro una vez más que en Sonora la ley funciona a empujones y que los argumentos jurídicos no tienen tanto peso como los políticos. Un ejemplo de esto es el fallo de la SCJN evacuado por el entonces Ministro Eduardo Medina Mora en contubernio con el gobierno del Estado y el ISSSTESON para dar palo a nuestras demandas de nivelación pensionaria, hecho fue aceptado sin reparos por parte de nuestra dirigencia sindical. Como no hubo movilización ni acciones sindicales a favor de nuestros intereses, perdimos.

El consejo que se nos dio fue muy claro y evidente: a la acción legal hay que apoyarla con la acción política, donde entran en juego la visibilización del problema y la presión social para que el gobierno reconsidere y acepte que tenemos la razón legal, y se actúe en consecuencia.

No estaría mal organizar una marcha y plantarse con cámaras y micrófonos frente a la Casa de Gobierno. Es claro que se podría abrir el camino para la solución del problema porque se convertiría en un asunto prioritario en términos de imagen. Ya ve usted que los políticos (o caricaturas de ellos) buscan el reflector y dar la mejor imagen a sus electores.

Consideramos que estos momentos exigen tener buena memoria, confianza en lo que podemos hacer y lograr y, sobre todo, unidad de acción con otros jubilados y pensionados en las mismas condiciones. La unión hace la fuerza y este es un buen momento para organizarnos en un frente de jubilados y pensionados del ISSSTESON por la defensa de nuestros derechos, empezando por una pensión justa y servicios de salud oportunos y eficientes. Ni un paso atrás.

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