El Jubilado No.128


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien en algún lugar en cuarentena de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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No, amigo lector, no estábamos muertos sino que andábamos de pre-cuarentena dinámica. Nos estuvimos preparando para hacer frente a la eventual tosida o estornudo de cualquier bestia peluda acostumbrada a interrumpir el flujo normal de una humanidad dispuesta a respetar a los demás y a vivir y dejar vivir conforme a las más elementales normas de convivencia.

Ya lo sabe usted: lavado frecuente de manos, evitar aglomeraciones innecesarias, evadir las frecuentes y múltiples invitaciones a salir de cantinas, bares o restaurantes, evitar el manoseo que se toma vulgarmente por cordialidad, entre otras medidas de probada utilidad. Sobre todo mandar por un tubo a los alarmistas y promotores del gel antibacterial, los cubre-boca y ver con sospecha los gargarismos con agua con sal o con vinagre, sabedores de que el virus no es una bacteria y que el agua y el jabón, después de todo, obran milagros, tanto como comer frutas y verduras y, sobre todo, el escepticismo frente a la andanada de notas alarmistas en medios de (des) información.

Flota en el aire sindical el reclamo justo y valiente de los jubilados y pensionados de la Sección 54 del SNTE, agobiados y dinamizados finalmente por una dirigencia probadamente charra, lameculista y cómplice del gobierno. Sin duda su lucha por una pensión digna inspira, o debiera hacerlo, a muchos. Nosotros los jubilados y pensionados del STAUS vemos con interés solidario este esfuerzo de dignidad, legalidad y justicia.

Por otra parte, resulta verdaderamente encabronante que el gobierno del Estado insista en señalar culpables de la crisis del ISSSTESON, sea su propio sindicato, sea la UNISON, sean los maestros normalistas, sea el clima o el coronavirus, sin asumir su responsabilidad legal, conforme al Artículo 116 de la propia Ley 38 que lo rige.

La poca madre del gobierno y la directiva del ISSSTESON nos llevan a pensar que los males en grado de epidemia que azota (y ha azotado) a los derechohabientes del ISSSTESON se llama corrupción, ineptitud, complicidad y ganas de joder. Para todos queda claro que el actual gobierno sólo ha servido para patear el bote de la crisis generada por ellos mismos y victimizar a los usuarios de los servicios sociales y de salud que debiera proporcionar puntual y eficientemente, habida cuenta que los trabajadores ya los han pagado y los siguen pagando.

Resulta verdaderamente el colmo que se regateen servicios y recursos que legal y humanamente pertenecen a los trabajadores afiliados, reduciendo los cuadros básicos, la atención médica y la provisión de prótesis cuando clínicamente son recomendables. En ese sentido, es importante revisar cuánto nos han quitado y qué otros aspectos debemos reclamar para evitar caer en manos de la medicina privada por la puerta de la restricción de los servicios públicos y la oferta envenenada del seguro de gastos médicos mayores.

Al respecto, ¿por qué pagar gastos médicos mayores siendo como lo es que pagamos por servicios de salud durante toda nuestra vida laboral? ¿No le suena raro? Rompamos la lógica mercantil y situémonos en la dimensión social y política de la seguridad social como un derecho fundamental de los trabajadores, presentes, pasados y futuros. ¡Basta de engaños y corruptelas privatizantes!

Lo hemos señalado hasta la saciedad y lo seguiremos haciendo: la culpa no es del conjunto de los organismos afiliados ni el sistema de pensiones público, de reparto solidario y distributivo, sino de los administradores deshonestos y gandallas que parasitan nuestros ahorros. ¿Qué se exige? Simplemente legalidad y justicia.

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