El Jubilado No. 130
Información picuda y activa contra
mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien que observa la cuarentena en
algún discreto lugar en la periferia de la aún Delegación de Pensionados y
Jubilados del STAUS.
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Las salidas al súper califican a
quien las realiza de responsable o de irresponsable, dependiendo de quién lo
diga aunque desde el punto de vista de quien lo hace pueden ser necesarias,
urgentes o precautorias.
Sin embargo, para usted que fue por
una sola pieza su acción es necesaria aunque puede ser también urgente, pero si
compra dos o tres puede ser precautoria. En este punto habrá que precisar lo
siguiente: si la compra necesaria está asociada a que es hora de comer, ya se
acabó el pan y sólo queda una bolsa de plástico arrugada, entonces es urgente.
En este eventual caso, la prohibición
o restricción decretada por la autoridad convierte en extraordinario lo que sin
su intervención sería normal, tranquilo y por lo general ordenado.
Queda claro que la autoridad puede
ser un factor de malestar y caos cuando interviene a tontas y a locas (por
ocurrencias o politiquería, diría el presidente) por el simple hecho de
protagonizar un papel en escenarios que son coyunturalmente emergentes, atípicos
y excepcionales. En este sentido, los mecanismos informativos y medios de
acción del gobierno pueden ser factor de jaloneos, compras de pánico y
encabronamiento colectivo.
¿Se imagina una epidemia sin que
alguien prohíba algo, no importa que sea absurdo o contraproducente, pero
estricto, enérgico y contundente? ¿Qué pensaría la gente de aquí, allá y acullá
de las autoridades si no toman medidas extremas ante algo de lo que quizá no
tengan mucha idea? ¿No cree que así mejora la imagen del funcionario que limita
o prohíbe, de cara al año electoral 2021?
Para estos casos, debiera haber un
manual de contingencias reforzado, donde un capítulo importante sería el
relativo a las cosas que siendo normales se deben de prohibir, sea de golpe o
por etapas. La prohibición tiene su propia lógica y depende de cada perfil
autoritario, descubierto o por descubrir, en los funcionarios públicos y los
agentes privados que los acompañan.
Nuestra experiencia con el ISSSTESON
y el gobierno del Estado (que ahora sus titulares juegan a las prohibiciones, restricciones
y eventualmente a las mascaritas), nos ha demostrado que la burbuja en la que
se encuentran resguardados se lubrica con una buena dosis de pretextos,
leguleyadas, mentiras y dilaciones, sin faltar la manipulación tendenciosa de
la información que la prensa “normal” reproduce.
En tiempos del coronavirus, los
asuntos en materia de salud y seguridad social, pendientes desde meses o años,
bien pueden esperar otro poco, ya que las prioridades y la atención de los
equipos de trabajo están enfocadas al combate de la epidemia. Y es que, según
declaró el contador Claussen (encargado de los cargos y abonos del sector), “cuidan”
de nuestra salud.
De cualquier forma, es importante permanecer
en casa y únicamente salir cuando sea completamente necesario, guardar la sana
distancia, toser o estornudar en el ángulo interno del brazo (o usando pañuelos
desechables) y, de acuerdo con la OMS, usar cubrebocas sólo en caso de presentar síntomas o estar al cuidado
de algún enfermo. Cuide su salud y la de los demás. Lo demás es pura vanidad.
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