El Jubilado No. 131


Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada por alguien en algún lugar en cuarentena de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
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 ¿Se acuerda cuando aspiraba a tener un período sin la necesidad de sujetarse a horarios? Bueno pues alguien inventó el año sabático. Pero llegó el día en que usted se pudo retirar laboralmente y, por fin, puede vivir sin pensar en el regreso a su vieja adscripción y reorganizar su vida. Ya instalados en la jubilación o la pensión, ¿recuerda cuando tenía el pendiente de ir a la asamblea, o a recoger el comprobante de depósito en la UNISON, la Casa del Jubilado del ISSSTESON, o simplemente darse una vuelta por el local sindical a tomar café, ir al baño, saludar gente? Bueno pues ahora la cuarentena le resuelve la complicada agenda que tenía antes de la epidemia.

En estos días es legal mandar por un tubo a los hijos, nietos, amigos, conocidos y vecinos que buscan una oreja en la cual descargar sus desperdicios emocionales. Usted tiene la oportunidad dorada de repasar las miserias de su vida, el silencio de una trayectoria colmada de voces, a veces aplausos, sonido de aire acondicionado, el trajín del maestro en busca de la tortibeca, del apoyo para viajes, para actividades académicas, las reuniones de academia, las asambleas, las consignas en las marchas, las huelgas, y tantas otras cosas que nos ocuparon y sirvieron de justificación para evadir el enorme peso de nuestros vacíos personales.

Pero ahora estamos en cuarentena, en vigilia permanente y atentos a las noticias que llegan del imperio mediático, de las andanzas de la derecha pedorra y empresarial encaramada en el esqueleto del neoliberalismo que supura mierda y huele exactamente a eso.

Salinas Pliego y su mascota mediática Javier Alatorre, el navojoense que se fue al sur, son un espectáculo tan divertido como el del gobernador Alfaro, Albores o Bonilla, los panistas Lozano o alguno de los políticos pitufos y amarillo caca que pueblan el universo de las marionetas del empresariado resentido y ganón, ahora convertidos en expertos petroleros, epidemiólogos, y otras especialidades de ocasión.

Cabe recordar que los empresarios y pitufos borolistas montaron en cólera cuando se canceló el aeropuerto de Texcoco, se anunció la recuperación de las refinerías, el inicio de obras como el aeropuerto de Santa Lucía, Dos Bocas y Tren Maya, por ejemplo, así como los programas del bienestar que favorecen a estudiantes, personas de la tercera edad y discapacitados entre otros; se redujo el sueldo de los altos funcionarios, se cerró la llave de las exenciones y condonaciones de impuestos a los empresarios, dando inicio la revisión de concesiones para ver su legalidad.

¿Para qué sirven los doctorados en epidemiología siendo que cualquiera con bigote puede decir frente a las cámaras “no le hagan caso, está loco”? ¿Para qué sirven los informes, avances, programas de gobierno si algunos gobernadores empiezan a meter cizaña junto con los empresarios que deben 50 mil millones al fisco, interesados en revisar el pacto federal en medio de una pandemia? ¿No le huele como a traición a la patria?

Mientras nos ocupamos de seguir los espacios de noticias, vemos que el autoritarismo de las mentes subdesarrolladas de nuestra localidad se pone a dar lecciones de buen gobierno mediante el terrorismo mediático que justifica toques de queda disfrazados, garrote recaudatorio a los ciudadanos mediante multas de tránsito, entre otras medidas sospechosas de ser un medio de financiamiento oportunista.

Cada vez es más evidente que el interés del gobierno estatal y municipal no es la salud del ciudadano sino, en el mejor de los casos, la estadística de contención de la epidemia. Se trata de posar para la foto nacional al presentar menos casos que otras entidades, así cueste sacrificar las libertades ciudadanas y las garantías individuales. En vez de trabajar con los ciudadanos aquí se ha optado por hacerlo contra los ciudadanos.

¿Tendrán idea de que las medidas recomendadas por Salud federal son suficientes para evitar contagios, sin necesidad de alarmismos ni violencia contra la población?

¿No le ha llamado la atención de que la gobernadora ande repartiendo despensas en San Luis R.C? ¿No le parece raro que empleados del ayuntamiento vestidos con trajes de seguridad, mascarillas N95, goggles y guantes quirúrgicos repartan ayudas mientras el personal de salud se queja de que no cuenta con estos materiales?

El próximo año hay elecciones intermedias, por lo que resulta entendible que ciertos personajes aprovechen la epidemia para llamar la atención por las medidas que están impulsando desde el municipio o el gobierno del estado. El oportunismo se monta en el carro de la pandemia pero eso sí, con cubrebocas y gel antibacterial en las fotos.

Mientras son peras o son manzanas, queda pendiente la suspensión del cobro de servicios médicos del ISSSTESON y también el aumento del 20 por ciento a la pensión, de acuerdo con el decreto de aumento al salario general, y ni qué decir del desabasto de medicamentos y materiales de curación con que se nos ha respondido una vez sí y otra también.

El gobierno federal le ha metido dinero al Estado… ¿dónde está?

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