El Jubilado No. 140
Pues con la novedad… perdón, con la vieja historia de que el
Isssteson no cumple con su compromiso de proveer seguridad social a sus
derechohabientes, famélica tropa de desposeídos económicos y políticos que
busca quién podría ayudarlos.
Las quejas y lágrimas corren a raudales en marchas y plantones, en mesas de diálogo, en ruedas de prensa, en las calles y cruceros de Hermosillo y otras ciudades de Sonora, cada tanto tiempo, en un círculo que de tanto que se le acaricia se vuelve vicioso.
Pero la gente se enferma de esperar y rompe la inercia de la pasividad y sale a las calles hasta que se resuelva su problema, de ahí que ahora veamos desde el miércoles 4, un nuevo movimiento proclamado como ciudadano que se erige en defensa de los derechohabientes del Isssteson.
Es claro que debemos apoyar las luchas de quienes, como nosotros, son derechohabientes del Instituto, es necesaria la unidad en los esfuerzos donde concurren otras organizaciones, por ejemplo los jubilados de la Sección 54 del SNTE, que incluso señalan acusadores a sus dirigentes sindicales como charros, traidores y rajados. Pero, recordemos que la solidaridad empieza en casa.
Parece que se nos olvida que pertenecemos a un sindicato, o mejor, que tenemos un sindicato que debe estar al servicio de los trabajadores, para la defensa de sus derechos sociales y laborales, para garantizar el cumplimiento del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) y el Convenio de prestación de servicios con el Isssteson, según queda asentado en la cláusula 141 del CCT.
Hasta la fecha, el sindicato no ha reaccionado más allá de estar en mesas de análisis, marchas, plantones, reuniones con autoridades y con dirigentes de otros sindicatos, algunos con sospecha de haber llegado a su fecha de caducidad en materia de credibilidad. Pero, hasta ahora, no ha pasado de las manifestaciones externas a las que puede acudir cualquier sindicato, empezando con los afiliados a la CTM.
Curiosamente, se nos olvida que el sindicato, a través de sus dirigentes, allanó el camino para que rectoría firmara el convenio que rige la relación entre la Unison y el Isssteson. ¿Usted seguramente recuerda el plebiscito y el famoso 7% a cargo de su cheque, verdad? ¿Recuerda el oficio que se envió al rector comunicándole el resultado oficial a favor de la firma?
Entonces, si el sindicato STAUS (y su hermanito STEUS) hicieron posible que se cambiaran las reglas mediante el nuevo convenio, ¿por qué ahora no influye, presiona, demanda, exige que la administración universitaria cumpla con la cláusula 141 y que, en consecuencia, demande legalmente al Isssteson por el incumplimiento del convenio?
¿Se imagina cuánta legitimidad y prestigio le acarrearía al STAUS emprender, en serio, la defensa del CCT y de los derechohabientes del Isssteson mediante una acción seguramente trascendente y ejemplar para las demás organizaciones? ¿Qué mejor defensa para el derechohabiente que una organización que luche legal y políticamente porque la seguridad social se garantice?
¿Se nos ha convocado a plantarnos frente a rectoría o a parar actividades para exigir la toma de acciones legales para corregir un problema que ya tiene derecho de antigüedad? NO. Al contrario, se ha sacado el problema del Campus para llevarlo a las calles, con lo que una acción válida y legítima ha servido para que la burocracia universitaria vea de lejos el problema, que sea bronca de otros.
¿Estoy planteando pendejadas? Recordemos quién es el que firma el convenio, quién es el representante legal de la Unison, a quién corresponde el cumplimiento del CCT; y, desde luego, a quiénes corresponde vigilar y exigir que el CCT se cumpla.
Dejar que otras organizaciones resuelvan nuestros problemas es cómodo, pero seguramente usted no se cambia de casa cuando la suya tiene goteras o se funde un foco, sino que arregla lo suyo, se pone a trabajar para arreglar lo que está mal en su casa.
En El Jubilado proponemos ponernos a trabajar para arreglar la casa (lo cual no excluye apoyar al vecino para que arregle la suya) mediante acciones responsables y efectivas, mas allá del exhibicionismo callejero o las declaraciones “combativas” que pronto se las lleva el viento.
Seamos congruentes con nuestra identidad sindical universitaria, porque es lo que hemos construido a lo largo de muchos años y, como colectivo, es todo lo que tenemos.
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